Ha tardado, mucho, pero parece que la demarcación de Costas en la Comunitat Valenciana, entidad dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, ha reconocido que lo de la playa de la Goleta de Tavernes de la Valldigna no es un asunto que se arregla con aportaciones anuales de arena y millones de euros invertidos en actuaciones que acaban, literalmente, engullidas por el mar.

Casualidad o no, esta misma semana han coincidido dos hechos que tienen que ver con esta cuestión. El primero, que el organismo ha iniciado los enésimos trabajos de reposición de arena en la Goleta. Será una aportación de 80.000 toneladas, para lo que se ha requerido una inversión de más de 680.000 euros. La costa vallera, de hecho, se ha llevado la mayor parte de la inversión total que el Gobierno ha previsto para toda la Comunitat Valenciana.

Esta obra servirá para paliar la regresión, probablemente hasta que se vuelva a producir un nuevo temporal marítimo que arrastre el material hasta el interior del mar, una vez más.

El otro hecho relacionado con esta cuestión que se ha producido esta semana ha sido la reunión que los concejales de Urbanismo, Josep Llàcer, y Hacienda, Perfecto Benavent, mantuvieron el pasado miércoles con el jefe de la demarcación de Costas, Antonio Cejalvo, a quien le trasladaron la imperiosa necesidad de que el Estado deje de gastar dinero en parches para la playa de la Goleta y ejecute un proyecto definitivo que frene la regresión que sufre esta zona costera de la Valldigna.

Fue en ese encuentro donde Cejalvo reconoció, probablemente por primera vez, que estos aportes no solucionan el asunto y que es necesario empezar a trabajar en una actuación que acabe con esta situación.

El espigón como solución

Se desconocen, en todo caso, los planes del Gobierno central. Sí que es cierto que existe un estudio elaborado hace tres años por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) que propone, hacia el norte del litoral del litoral de la Safor, la prolongación del espigón ubicado en la Gola de l´Estany, en el término municipal de Cullera.

Esta nueva construcción tendría 80 por 60 metros y forma de «L». Esta obra se completaría con el aporte de más de dos millones de metros cúbicos de arena entre «El Marenyet» y el «Estany» de Cullera y la playa de tavernes de la Valldigna.

El trabajo, del que dio cuenta en su día Levante-EMV, apostaba por soluciones «poco agresivas», siempre y cuando, aclaraba «no revierta a un estado de extrema gravedad».

En el otro extremo del litoral sa-forense, el estudio de Obras Públicas propone la ampliación de otro espigón. En este caso, el que se encuentra en la playa de les Deveses, una zona ubicada al sur de la playa de Oliva y prácticamente en el linde con la de Dénia.

Se trataría una construcción en forma de «L» de una longitud de 70 por 120 metros. A esto se le aña- diría el vertido de 360.000 metros cúbicos de arena para lograr un avance de 60 metros hacia el interior del mar a lo largo de dos kilómetros.