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Potries capitaliza el debate sobre el futuro de las huertas históricas

Agricultores, economistas, geógrafos y expertos en patrimonio, entre otros ponentes, analizarán las consecuencias en toda la Comunitat Valenciana del cambio del riego «a manta» por el de goteo

Potries capitaliza el debate sobre el futuro de las huertas históricas

«Entre cuantos parajes fértiles y deliciosos hay en España, ninguno se puede comparar a la huerta de Gandia, porque no hay elocuencia que baste a describir aquella amenidad ni paraje alguno de Europa que ofrezca un espectáculo tan hermoso». La famosa cita que el naturalista irlandés William Bowles incluyó, en 1775, en su «Introducción a la historia natural y a la geografía física de España», dista mucho de la imagen actual que ofrece el paisaje agrario de la Safor. Y no solo por la proliferación de urbanizaciones (y la especulación del suelo asociada) y el abandono de cultivos por la falta de rentabilidad y de relevo generacional. Tal vez la decadencia se acentúe a partir de 2019, con la sustitución del tradicional «reg a manta» por los modernos sistemas de riego por goteo aprobada por la Comunidad de Regantes del Río Alcoi.

La modernización ahorrará trabajo y recursos a los agricultores, pero provocará el total abandono de las infraestructuras que durante siglos han caracterizado el paisaje de la Safor. Azudes, como el d'En Carròs, partidores, como la Casa Clara y la Casa Fosca, y las innumerables acequias y «fils» que recorren la comarca quedarán en desuso. «Estamos preocupados, no lo ocultamos», afirma Assumpta Domínguez, alcaldesa de Potries, una de las localidades que más está apostando por la conservación y revalorización del patrimonio agrario relacionado con el milenario sistema de riego. «Prácticamente ha desaparecido la red secundaria de acequias, y si no lo evitamos desaparecerá también la primaria». Una red que, aunque con orígenes romanos, fue desarrollada en época islámica y consolidada tras la conquista cristiana. De hecho, el documento más antiguo que se conserva data de 1244, en el que el teniente del castillo de Bairén ordenaba el reparto del agua entre los nuevos colonos cristianos y los pobladores musulmanes.

La preocupación de la alcaldesa es compartida en las huertas que quedan en tierras valencianas: l'Horta de València (quizás la más conocida), Elx, la Vega del Segura, la Ribera y otras.

Peculiaridad frente al goteo

Por esta razón, Potries ha organizado, el 15 y 16 de junio, unas jornadas que bajo el lema «Hortes històriques valencianes», promoverán el estudio y el debate sobre este patrimonio arquitectónico, económico, paisajístico y ambiental que constituye un icono del territorio valenciano. «La modernización del regadío es irreversible», reconoce la alcaldesa, «pero el riego localizado se ha formulado como receta única para todo el territorio, cuando, posiblemente, hay otras soluciones que se pueden ajustar más a las peculiaridades de cada caso». Y agrega: «hay diversos estudios que cuestionan su eficacia y desconocemos su impacto ambiental».

A partir de 2019 no solo se perderá un patrimonio material que podría reconvertirse en atractivo turístico. Ya no se escuchará el rumor de las acequias, ni se notará el frescor de los campos inundados, ni encontraremos renacuajos ni «parotets», ni crecerá el manto verde y amarillo del «agret» bajo la sombra de los naranjos.

«Está en peligro toda la biodiversidad asociada al agua, nuestro paisaje, nuestra identidad», concluye Domínguez, «y evitarlo es tarea de todos».

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