La calle Vicaris celebraba sus fiestas anuales en honor de San Bartolomé y san Antonio de Padua siendo engalanada en su recorrido. En 1883 la misa Solemne se celebró el 16 de septiembre en la Iglesia de Santa Clara, a toda orquesta con sermón a cargo de Salvador Monzó y dedicado a San Bartolomé.

A las 8 de la tarde una procesión recorríó las principales calles de la ciudad, rematando posteriormente las dulzainas y la banda de música hasta la noche. Al día siguiente, 17 de septiembre, la misa fue en honor de San Antonio de Padua estando encargado del panegírico el reverendo padre Leandro Calvo, de las Escuelas Pías Al llegar la noche la serenata alegraba y amenizaba la calle.

Desde la calle de San Pascual, la prolongación de Vicaris hasta la calle del Mur Trencat (actual Carmelitas) se denominaba calle de san Silvestre (posteriormente de Castelar y actualmente Carmesina) donde se ubicaban los mosaicos de azulejería correspondientes a las imágenes de los dos mencionados santos.

La imagen de San Bartolomé estaba situada junto al vistoso mirador de la casa de José Gómez Gomis (quien posteriormente sería alcalde de Gandia) al inicio de la calle en su margen derecho, y la de San Antonio de Padua se encontraba al final de la calle en la fachada de la casa de la familia Company.

En el mosaico de azulejos de San Antonio se reseñaba la noticia ocurrida en la que el niño Francisco Teba, de dos años, hijo de Martín Teba y de Inés Ferri, fue rescatado de la acequia por Clara Soler un 13 de junio, día de San Antonio de Padua, por lo que en 1810 a expensas de su abuelo, Florencio Teba quiso rememorar este hecho con un mosaico de cerámica dedicado al santo, cuya imagen corresponde a la foto de la izquierda. En el centro, una foto de la calle Vicaris del año 1896 y, a la derecha, el mosaico de San Bartolomé. Documentación obtenida de la hemeroteca del Archivo Histórico de la Ciudad de Gandia.