El número de donaciones de órganos en el hospital Francesc de Borja de Gandia está en la media de la Comunitat Valenciana. Así lo confirman los expertos del equipo coordinador de transplantes de este centro sanitario, que ha hecho balance coincidiendo con el Día Nacional del Donante, que se celebra hoy, y cuando se cumplen 20 años del primer explante o extracción realizada en Gandia. Desde que en 1998 se pusiera en marcha el servicio se han registrado 110 donaciones, y en lo que llevamos de año son tres las personas que ha donado sus órganos para salvar otras vidas.

«Fundamentalmente se extraen riñones, hígados y córneas», explica el doctor Jesús Torres, médico intensivista y miembro del equipo, «ya que los pacientes de muerte cerebral que tratamos suelen tener una edad muy avanzada, y a estos no se les puede explantar corazón y pulmones por razones obvias», señala. Esto se explica porque los pacientes más jóvenes con daños cerebrales suelen ser trasladados a València para intentar su recuperación, y, en caso de fallecimiento, es allí donde se extraen los órganos. «Alguna vez hemos realizado un explante completo, pero no es lo habitual», comenta Torres.

Una vez extraídos en el Hospital de Gandia, los órganos se envían a los hospitales de referencia: La Fe, el Clínico y el Doctor Peset principalmente, y si estos centros no los requieren se alerta a la Organización Nacional de Transplantes para que este organismo decida el destino de las vísceras.

En Gandia solo se realizan explantes, y no implantes. «Se requeriría un equipo de cirugía torácica y hepática que en los hospitales comarcales no tenemos», asegura el doctor.

En más del 90 por cien de los casos registrados en Gandia, los pacientes con muerte cerebral no han dejado escritas sus últimas voluntades. Es entonces el turno del equipo coordinador, que trata de convencer a los familiares para que donen los órganos del fallecido. «No todos están concienciados», señala Torres, «y tratamos de explicarles el proceso y sus beneficios». «En los ocho años que llevo aquí sólo he tenido un par de negativas», concluye el especialista.

Para ser donante basta con decirlo a los familiares directos o firmar el documento oficial de voluntades anticipadas. Todo el proceso es totalmente confidencial: ni la familia del donante ni el receptor conocen los datos del otro paciente.