? La recuperación del paisaje del río Serpis en Potries, que pretende convertir ese tramo fluvial en un lugar donde los ciudadanos puedan disfrutar, tiene un ejemplo anterior en Villalonga.

Hace más de diez años el entonces alcalde de esa localidad, Juan Ros, ordenó a los trabajadores municipales que limpiaran de vegetación invasiva, fundamentalmente cañas, las dos riberas del Serpis en un corto segmento aguas arriba a partir del azud del Pas de la Guàrdia, de donde sale una de las acequias mayores que riega el Serpis.

Aunque aquella acción le costó la apertura de un expediente de sanción económica por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar, al final un recurso municipal evitó que se tuviera que pagar nada y, además, tampoco se obligó a «restaurar» el río a su estado anterior, que significaba dejar que las cañas volvieran a invadir el cauce.

Lejos de eso, desde entonces esa zona, donde se unen el los caminos de la Corona y del Tarrassó, ha sido periódicamente limpiada por el ayuntamiento, lo que ha permitido que Villalonga cuente con una playa fluvial donde, en verano, algunos acuden a disfrutar. La ventaja es que en este punto siempre corre el agua porque Beniarrés regula el caudal para garantizar el riego en los Canales Bajos del Serpis.