El paulatino abandono de los usos y tradiciones rurales ha llevado aparejada la degradación del paisaje y el deterioro del medio ambiente. Es, entre otros muchos, el caso del río Serpis, del que hasta hace pocas décadas disfrutaban los vecinos para pescar, cazar y recolectar frutos y hierbas. Y, sobre todo, era un paraje idílico donde refrescarse en verano.

Al cambio de hábitos y usos se han sumado en este deterioro la acumulación de basuras en el cauce, la restricción del caudal del río para desviar el agua para riego y la proliferación de cañaverales, que impiden el acceso a la orilla.

Volver a restaurar las condiciones naturales del Serpis es el objetivo del proyecto «Potries té platja», que están llevando a cabo el Col·lectiu Nostra Terra, la asociación Teixint Potries y el AMPA del colegio Mondúver-Safor, con la colaboración del Ayuntamiento de la localidad y otras 11 entidades del municipio.

La restauración ambiental se está llevando a cabo en la Palanca, un tramo del río situado a 300 metros del casco urbano, y afecta a unos 130 metros lineales, con una anchura que varía entre los 3 y los 24 metros. «Esta zona se ha venido usando como vertedero ilegal», explica Antoni Domínguez, miembro de Nostra Terra. Pidieron permiso a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para su limpieza, pero no recibieron respuesta, así que decidieron actuar por su cuenta.

«Lo que no puede ser es que haya jóvenes de Potries que nunca han bajado al río», comenta Domínguez. Y la causa principal de este hecho, además de la basura allí depositada, son los cañaverales, que cubren las orillas del río hasta hacerlas intransitables. Así que el primer gran reto era eliminar las cañas (Arundo donax), una especie invasora que además consume el triple de agua que la vegetación autóctona, impide el crecimiento del bosque de ribera mediterráneo e incrementa el riesgo de incendios en verano y de inundaciones en época de crecidas.

Una vez retiradas con una retroexcavadora, se han delimitado cuatro zonas de experimentación para evitar que las cañas vuelvan a invadir la ribera del río, y se están plantando especies autóctonas como tamarindos, adelfas, mimbre o roble valenciano o quejigo.

Ahora el paraje muestra una imagen bien distinta. «Ya hay gente que toma el baño», afirma Domínguez. Así que Potries ya tiene playa.

Sin noticias de la CHJ

Además de estos trabajos de regeneración, que acabarán este mismo mes de junio, el proyecto contempla la creación de un Aula de la Natura al aire libre para a albergar actividades educativas, un «Diccionari de l'aigua i el seu bon ús» sobre el patrimonio lingüístico y cultural relacionado con el agua para su consulta en web, y finalmente, un mantenimiento participativo que buscará la implicación de todos los vecinos a través del voluntariado. El coste total del proyecto es de tan solo 4.590 euros. «Y nosotros ya hemos gastado más de 2.000 euros de nuestro bolsillo», comenta Domínguez.

La cuenca del Serpis pertenece desde 2007 a la red de Espacios Naturales Protegidos de la Comunitat Valenciana. La CHJ es la responsable de su gestión y mantenimiento, pero no ha actuado a pesar de los requerimientos para su limpieza. Como este organismo del Estado no contestó a los vecinos cuando solicitaron permiso para regenerar el paraje, fue el Ayuntamiento de Potries el que cursó la solicitud. Esta vez la CHJ sí contestó, pero para advertir que cobraría una tasa por estas tareas de limpieza que, en realidad, son de su competencia.