La falla Prado de Gandia ha roto su silencio dos meses después de conocerse la denuncia que presentaron ante la Federació de Falles un total de 14 comisiones de la ciudad acusándola de haber retirado «ninots» de su monumento grande minutos antes de la «cremà» para devolverlos al taller de los artistas falleros y, de ese modo, ahorrarse dinero.

Lo fundamental del escrito es que para la entidad «no existe una norma» que regule si se pueden o no retirar piezas de la falla. Desde el Prado reconocen que hay un documento que, a propuesta de la Vila Nova, fue aprobado por unanimidad durante una Junta de Gobierno de la Federació. Sin embargo, recuerdan que los estatutos de la Junta Local otorgan a este órgano un carácter «consultivo», cuyas resoluciones «no son vinculantes», indican en el escrito.

Por otra parte, acusan a la Comisión Disciplinaria, estamento encargado de evaluar la denuncia presentada por las comisiones y proponer la sanción, de basarse en una regla «inventada» por sus propios miembros. A estos les acusa de ser «juez y parte», ya que pertenecen a algunas de las fallas que presentaron la denuncia y que «en ningún caso resolverán en contra de las pretensiones de su propia asociación».

La entidad, una de las más importantes de la ciudad, ante esta situación, solicita la nulidad de la sanción. En primer lugar porque, a ese «conflicto de intereses» de los miembros de la disciplinaria se le suma la «mala praxis», que, a su entender, han llevado a cabo, «porque fuera como fuera había que sancionar al Prado».

Denuncian que este organismo «contraviene los estatutos», puesto que no aceptó como prueba de la falsedad de la denuncia «imágenes donde se apreciaban quemándose los 'ninots' que decían que se habían retirado». Desde el Prado tiran de ironía al señalar que se trata «de un detalle sin importancia» que «acreditaría» que lo que se esgrime en la reclamación es mentira. Además, asegura que la disciplinaria se ha «extralimitado en sus funciones». La falla explica que las únicas piezas que no ardieron la noche de la «cremà» fueron el Ninot Indultat y las que se regalan como detalle a las reinas. Pese a ello, según denuncian, los miembros de la enjuiciadora se avocan la competencia «para decidir las medidas de esos 'ninots'», pese a que, indican, «los estatutos no les otorgan esa función». Al mismo tiempo aclaran que no está regulada la dimensión que deben tener las piezas que se entregan a sus máximas representantes.

«Total indefensión»

La Ejecutiva de la Federació de Falles, presidida por Telmo Gadea, también se lleva lo suyo por parte del Prado. La comisión considera que el colectivo que gestiona las fallas en la ciudad ha «permitido» a la disciplinaria vulnerar «todos los estatutos que quiera». Según la falla, los argumentos de la Federació de Falles son que los estatutos solo le permiten «graduar» la sanción, esto es, decidir si mantienen la propuesta de la enjuiciadora o la modifican al alza o la baja. Sin embargo, para esta comisión, la Ejecutiva también tiene la competencia que le da el reglamento interno para decidir sobre cuestiones generales para las que no existe regulación, algo que en este caso no ha hecho.

En conclusión, desde la falla Prado creen que están viviendo una situación de «total indefensión» por consentir que «miembros de las fallas denunciantes decidan sobre la sanción» que se basa «en una norma inexistente».

Por último, desde la entidad avisan que esta resolución de la Ejecutiva «está creando un importante precedente» en la Federació de Falles de Gandia, ya que, indican, «a partir de ahora todos los falleros y asociaciones podemos ser denunciados por cualquier causa y automáticamente sancionados aunque no exista una norma».

La falla Prado, por tanto, está pendiente ahora de que la asamblea de la Federació de Falles (FdF) resuelva si finalmente sale adelante de forma definitiva la sanción tras estudiar el documento de alegaciones en el que la entidad pide, la nulidad de todo el procedimiento.