Lejos de reducirse o de mantenerse, la plaga de jabalís que afecta especialmente a las zonas agrícolas situadas en las inmediaciones de las montañas o de los cauces de ríos y barrancos, se está incrementando, y también cada vez son más los daños que causan a la agricultura.

En el día de ayer un responsable del sindicato Unió de Llauradors i Ramaders comprobó cómo uno de los caminos rurales de Marxuquera de Gandia, muy cerca de la confluencia con los términos municipales de Ador y Palma de Gandia, aparecía con grandes piedras movidas desde el margen lateral que protege la tierra fértil del huerto para que no se pierda.

La disposición de las piedras, algunas de ellas de muchos kilos de peso, parecían fruto de un sabotaje, pero en realidad esos elementos habían sido movidos la noche anterior por una manada de jabalís que, en su desesperada búsqueda de cualquier alimento, las arrastran con sus poderosas patas y hocicos para dejar al descubierto los caracoles que se esconden debajo y comérselos.

Según señaló el responsable de la Unió, fue él mismo quien, para evitar accidentes, recogió las piedras del margen y las dejó en su lugar, pero ya advirtió que se trata de una acción que quedará en la nada porque durante las noches los jabalís campan a sus anchas y este es solo uno de los muchos problemas que generan.

Precisamente la próxima semana el Consell Agrari Local de Gandia tiene prevista una reunión en la que, entre otros temas, se abordará cómo afrontar la plaga que ya causa mucha preocupación a los agricultores porque, en los casos más graves, las pérdidas económicas de sus acciones son cuantiosas. Los jabalís también son un peligro para los coches y motos. En su tránsito nocturno ya han causado muchos accidentes.