El Gobierno de Barx, formado por Ciudadanos y un concejal del PSPV, mostró ayer su impotencia por no poder aprobar el proyecto para acogerse al plan Edificant, que supondría una inversión de 80.000 euros para una reforma integral del colegio. El motivo es que necesita la mayoría absoluta del pleno para sacarlo adelante y los concejales del a oposición, cuatro del PP y una edila no adscrita, exmiembro del Ejecutivo, no acuden a las sesiones desde noviembre del 2017.

El ambiente político en el municipio es insostenible, sobre todo desde que en mayo del año pasado el PP y la edila que concurrió en las listas del PSPV y dejó el gobierno local, Adela Donet, intentaran una moción de censura que finalmente no prosperó. De hecho, a ese mismo pleno tampoco acudieron ni los cuatro concejales populares, liderados por la exalcaldesa Maria Hernandis, ni la propia Donet.

Desde Ciudadanos acusaron ayer a los concejales de la oposición de hacer «dejación de funciones» por no acudir a las sesiones plenarias y denunciaron que se trata de una actitud «irresponsable y partidista que perjudica a todos los niños y niñas de Barx».

El alcalde, Miguel Donet, apuntó que las obras deben «repercutirían en el bienestar de todos los alumnos aunque a la oposición no le importe».

La máxima autoridad municipal, de Cs, advirtió que «los concejales de la oposición habrán de explicar a la ciudadanía por qué anteponen su interés al del municipio».

En conversación con este periódico, Donet explicó que el colegio tiene 35 años de antigüedad «y nunca se ha hecho nada». El proyecto Edificant permitiría cambiar todas las ventanas y puertas del edificio. El alcalde prevé iniciar gestiones con la Conselleria de Educación para explicarle la excepcional situación que vive el municipio y tratar de encontrar una solución. A los ediles de la oposición les advierte de que «tendrán que aclarar a todos los vecinos por qué han preferido que los alumnos estén en un colegio peor acondicionado».