El Ayuntamiento de Oliva ha completado el proceso del cambio de gestión en las ayudas y la atención social a las 231 familias de la localidad que tiene censadas con el riesgo de alta vulnerabilidad y que necesitan la ayuda de la Administración para subsistir. Especial atención se presta a las familias con niños pequeños, con el objetivo de que no falte el alimento nutricional necesario para todos ellos.

Esta misma semana el concejal de Servicios Sociales, Àlex Salort, ha firmado el convenio con la asamblea local de la Cruz Roja de Oliva, organismo que sustituye en ese servicio al Banco Solidario de la Pobla de Vallbona que, en los últimos cinco años, se ha hecho cargo de esta atención a familias con riesgo de exclusión. La Cruz Roja recibirá a cambio 20.000 euros anuales del ayuntamiento.

En declaraciones a este periódico, Salort indicó que no se trata de un simple cambio de gestor en un asunto tan delicado. En el convenio la Cruz roja se compromete a terminar con las colas que antes se producían para la recogida de alimentos, una imagen que el ayuntamiento quería erradicar por considerar que resultaba degradante para los beneficiarios de las ayudas o de los alimentos.

Turnos diarios en su sede

Desde ahora la Cruz Roja establecerá turnos diarios para esas 231 familias, y las que puedan añadirse en un futuro, para fijar un «trato directo y confidencial» en la sede de la entidad, situada en la calle de Guillem de Castro. Paralelamente, la Cruz Roja distribuirá directamente en cada domicilio los alimentos a las familias que, por motivos de salud u otros, no puedan desplazarse hasta ese lugar.

Otro de los cambios que se incorporan es que una trabajadora social se dedicará en exclusiva a la labor de evaluar las solicitudes de ayudas con el fin no solo de certificar que la necesidad existe y evitar engaños, sino de poder detectar otros problemas que puedan surgir y que deban ser abordados por la Administración.

Según quiso destacar ayer el concejal Salort, uno de los aspectos más importantes es que la Cruz Roja se ha comprometido a «realizar un seguimiento de la situación socioeconómica de las familias beneficiarias» con el objetivo de estudiar si son susceptibles de incluirlas en el Programa Europeo de Ayuda Alimentaria a las personas desfavorecidas e intentar que los atendidos puedan encontrar vías de salida a su situación de emergencia social, algo que, fundamentalmente, pasa por encontrar un trabajo a alguno de sus miembros que les garantice ingresos económicos.

Respecto a la polémica sobre si existen suficientes alimentos para poder atender a todas las familias, Salort insistió ayer, en declaraciones a este periódico, que la Cruz Roja es consciente de ello y que, bien mediante recursos propios o de otras entidades benéficas, asume esa responsabilidad para que nadie que precise productos nutritivos se quede sin ellos.

El convenio de colaboración para este cambio de modelo en la atención a las familias necesitadas de Oliva fue firmado Àlex Salort, la presidenta de la Asamblea Local de la Cruz Roja de Oliva, María Dolores Roselló, y por Domingo Llopis, director técnico local de esta ONG.