Ya está en marcha la cuenta atrás para la nueva apertura del Museu de Santa Clara de Gandia. Tras dos años cerrado, la colección artística que desde el siglo XIV han atesorado las monjas clarisas, volverá a estar a la vista de ciudadanos y visitantes a principios del mes de julio.

Las piezas se podrán contemplar de nuevo en la Sala d'Hòmens del antiguo hospital, edificio que también alberga el Museu Arqueològic. «Hemos aprovechado la reinstalación de las obras para rediseñar el espacio y mejorar el contexto expositivo», afirma Joan Aliaga, director del museo. «Básicamente se trata de la misma colección, pero hemos incluido piezas que anteriormente no estaban expuestas porque no cabían o porque estaban en proceso de restauración», agrega Aliaga.

Por ejemplo, se expondrán parte de las pinturas murales que lucían en la Sala Capitular del convento, como el panel central del techo, dedicado a Santa Clara y San Francisco de Asís, o los mejores fragmentos de las pinturas laterales de dicha estancia, algunas con una longitud de nueve metros. Todas estas piezas se pudieron contemplar en la Biblioteca Central antes de la primera inauguración del Museu de Santa Clara, en 2015.

Renacimiento valenciano

Otra de las novedades de esta nueva etapa del museo es un óleo sobre tabla de Vicent Macip, hijo del afamado Joan de Joanes, dedicado a San Antonio de Padua. Aunque esta pintura fue expuesta tras su restauración, es la primera vez que se incorpora al circuito expositivo habitual. La pintura forma parte de una nueva sección dedicada al Renacimiento valenciano, que, además de las de Vicent macip, cuenta con obras que Nicolás Borrás creó en el monasterio de Sant Jeroni de Cotalba para el convento de Santa Clara. «Esta estapa del Renacimiento, entre María Enríquez y San Francisco de Borja, es una de las más ricas e interesantes», comenta Aliaga.

También se mostrará un Cristo yacente del siglo XVII y de autor anónimo «de mucha calidad, que desde su restauración no se había expuesto».

«Espacio Borja»

Otra novedad es «el espacio más Borja» del museo, en palabras del director. Se trata de una sección en la que se exponen diez relicarios que Rodrigo de Borja, el Papa Alejandro VI, regaló al convento de clausura de Santa Clara, donde se recluían muchas mujeres de la familia Borja, entre ellas, la propia María Enríquez, nuera del Papa y abuela de San Francisco de Borja. Ahora se podrá contemplar la colección completa de relicarios, ya que en la anterior etapa del museo sólo se pudo exhibir la mitad por falta de espacio.

Por otra parte, «se abre una nueva sala centrada en las propias religiosas», informa el director. Allí se expondrán retratos de las abadesas del convento y tres fragmentos de los frisos de la antigua Sala Capitular. La pequeña sala dedicada a las valiosas piezas de orfebrería que han ido heredando las monjas clarisas «contará con una nueva iluminación».

La colección artística que las religiosas de Santa Clara reunieron a lo largo de cinco siglos asciende a unas 350 obras, de las que sólo estará expuesta algo menos de la mitad. Un acuerdo firmado en 2002 entre las religiosas y el Ayuntamiento permitió al historiador Vicent Pellicer hacer un inventario, estudiar y llevar a restaurar muchas de estas valiosas pinturas, esculturas y piezas de orfebrería. Tras el nuevo convenio firmado en 2015, la conservación de este patrimonio se delegó en la Universitat Politècnica de València. El resultado de tantos años de inversiones y restauraciones se puede ver en las obras expuestas.