La famosa figura del toro de osborne es parte inseparable de la carrera de Juan Carlos Barberá, un fotógrafo valenciano que entre los años 1995 y 2008 recorrió la geografía española para ofrecer su particular visión del toro. Parte de esa colección se recoge en la exposición «Toro de Hierro», que se presenta estos días en Gandia. La muestra se inauguró el viernes pasado y se puede ver hasta el 31 de agosto.

El autor juega con los astros, la luz y las sombras que proyecta. Además, el trabajo de Barberá permite desvelar detalles. Por ejemplo, que el hueco del rabo en realidad no existe; está pintado de azul cielo. También ha documentado el montaje de algún toro cuando los realizaba la familia Tejada, del Puerto de Santa María. Osborne se interesó por algunas de sus obras para una retrospectiva que hizo la bodega con motivo del 50 aniversario y algunas de sus fotografías también decoran la Toro Gallery, en el Puerto. «Yo no asocio al toro ni al españolismo ni a las corridas, me interesa más su valor artístico, además lo concibo en libertad, no soy taurino». Por eso no puede entender que la figura haya sido objeto de numerosos sabotajes como el de Tavernes de la Valldigna, derribado en sendas acciones reivindicadas por el colectivo independentista Arran, en diciembre de 2016 y la última, a finales de abril.