Proteger por ley todas las huertas históricas valencianas, sea cual sea su tamaño y ubicación. Esta es la principal reivindicación de geógrafos, economistas, ambientólogos, científicos, técnicos en patrimonio y agricultores que han participado, el pasado fin de semana, en las jornadas «Hortes històriques valencianes», y que se plasmará en un documento de consenso que se denominará «Declaració de Potries».

Por huertas históricas se entiende aquellas que, desde hace siglos, conforman un sistema de producción agrícola identificable y que cuentan con un patrimonio arquitectónico, cultural y de ingeniería hidráulica propio, como por ejemplo, la regada por el Serpis-Vernissa en la comarca de la Safor (antiguamente conocida como «Huerta de Gandia»), o las de Orihuela o Elx.

«La Generalitat tiene que regular, con la figura jurídica que crea conveniente, la protección de estas huertas», según la alcaldesa de Potries, Assumpta Domínguez. Y esta protección «tiene que contemplar todos los puntos de vista, no solo el patrimonial, sino también el socioeconómico y de la biodiversidad», explica.

La sustitución, a partir de 2019, del milenario riego a manta en todas las parcelas gestionadas por la Comunidad de Regantes del Rio Alcoy, supondrá el abandono de las infraestructuras hidráulicas, incluidas las acequias. «Las acequias lo son todo en esta comarca, las tenemos que proteger», alerta Domínguez. «El riego tradicional recarga los acuíferos, evita la salinización de la tierra y garantiza la biodiversidad», agrega la alcaldesa. «Hay ejemplos exitosos de huertas que están combinando ambos sistemas de riego, como la del Carrissar-Elx o la del Pinós».

Ayudas a los agricultores

Millán Millán, director emérito del Centro de Estudios ambientales del Mediterráneo (CEAM) aseguró en el transcurso de las jornadas que «si la tierra no recibe el agua necesaria y no se da la evaporación adecuada, destruiremos suelo». Según explicó, mantener las huertas históricas «ayuda a provocar lluvias en el interior». Desde la Fundación Assut, Vicent Sales señaló: «tenemos que acabar con el falso argumento de que el riego a manta derrocha el agua». Por su parte, Ana Campo, del Observatorio del Vinalopó, mantuvo que el suelo «es algo vivo, le hace falta materia orgánica viva, y si regamos sólo por goteo, se saliniza».

Por contra, el presidente de los regantes del río de Alcoi, Gaspar Pérez, denunció que los verdaderos problemas de la agricultura comarcal son el «excesivo minifundismo, escaso relevo generacional, poca tecnificación y precios bajos en origen», y defendió el riego por irrigación frente al riego por gravedad o a manta para modernizar las explotaciones y garantizar beneficios. Y ante la petición de la alcaldesa de Potries de conservar el patrimonio hidráulico medieval, Pérez mostró su voluntad de comenzar un diálogo para hacerlo posible.

La «Declaració de Potries» también exigirá «políticas activas de ayuda al agricultor, ya que no es un mero espectador ni puede ser un héroe, es la pieza central y su actividad debe ser viable», concluye Assumpta Domínguez.