Es una prueba piloto, pero el Ayuntamiento de Gandia se ha tomado en serio aquello de fomentar que los niños, acompañados o no de sus padres, puedan ir acostumbrándose a ir a pie hasta los colegios sin que tengan que sortear los miles de coches que, a esa hora punta, invaden las calles.

Con distintos objetivos, entre ellos el de reducir los niveles de obesidad infantil y fomentar los desplazamientos a pie, en el día de ayer el ayuntamiento cortó numerosas calles situadas en las proximidades de los centros escolares, evitando, eso sí, las vías que generalmente van abarrotadas a esa hora, como Sant Rafael, para no producir un caos de tráfico.

Agentes de la Policía Local apostados en los puntos clave controlaron el dispositivo que, como suele ser habitual en estos casos, ha generado opiniones divergentes. Para unos la medida resulta positiva porque permite que los niños puedan desplazarse sin riesgo. En muchos casos los padres que llevan a sus hijos en coche accedían hasta el punto del corte de la calle y, desde allí, ya eran ellos mismos los que completaban el camino por las zonas libres de tráfico.

Pero también hubo quien mostró su enfado porque consideran que necesitan llegar hasta la puerta del colegio en coche porque llegan de puntos alejados de la ciudad. Otros se preguntaban qué pasaría los días de lluvia.

Este periódico comprobó que, como es habitual, se formaron colas en la calle de Sant Rafael, desde donde se accede a los colegios Escolapias, Escolapios y Abad Sola, en la avenida de Alacant, ruta para llegar a las puertas de Carmelites o Borja-Jesuïtes, y también en las inmediaciones de Roís de Corella. Pero la Policía Local considera que esas retenciones tampoco fueron más importantes que en el resto de los días.

Esta medida, adoptada el último día de clase en la ciudad, se anunció como una prueba para estudiar los resultados y, a partir de ahí, determinar si el año que viene se opta por cortar el tráfico en esas calles entre las 8.30 y las 9.15 horas. Son tres cuartos sin coches en algunas vías que, en opinión de los responsables de Movilidad y de Tráfico, pueden contribuir a «humanizar» la ciudad y a enseñar, desde las edades escolares, a desplazarse a pie en una trama urbana totalmente llana. Ese es un objetivo siempre deseado por parte de los gobiernos locales que nunca se ha cumplido de forma satisfactoria.