La playa de Tavernes de la Valldigna estuvo cerrada durante toda la tarde de ayer. La bandera roja alertaba de la prohibición total de meterse en el agua. El motivo fue la aparición, alrededor de las 15 horas, de dos ejemplares de carabela portuguesa, el hidrozoo que ya ha provocado problemas en varias zonas litorales de la costa alicantina y que parece que ha ido subiendo hasta ser avistada en la capital vallera.

De ese modo, esta especie, cuya picadura es muy dolorosa, ya ha llegado a las playas de la Safor. Y es que, a las dos avistadas ayer se suma la que fue sacada del agua, también en Tavernes, la pasada semana, por lo que hasta el momento son tres los ejemplares detectados.

Los profesionales de salvamento y socorrismo de Vadepsa, empresa que gestiona el servicio en la playa de Tavernes, pudieron sacar uno de los ejemplares, mientras que el segundo no fue localizado. El primero fue arrastrado por la corriente hasta la orilla, de ahí que fuera más sencillo poder trasladarlo hasta la zona de la arena. En ese momento, y según establece el protocolo, se izó la bandera roja y se dio aviso al instituto de ecología litoral, que es el organismo que se encarga de coordinar las alertas en caso de que sea necesario extenderlas más allá del punto en el que aparecen las carabelas.

Desde el ayuntamiento insisten en que se trata de una «situación puntual» y que durante la mañana de hoy se realizará una nueva inspección del agua para poder determinar si es completamente seguro permitir el baño.

Por el momento no se tiene conocimiento de que se haya avistado ningún ejemplar de esta especie en ninguna otra playa de la comarca. Desde los ayuntamientos, de hecho, se espera que no vaya a más, porque la alarma que puede crear su presencia en plena temporada estival puede ser muy negativa para los intereses turísticos de los municipios.

La carabela portuguesa es fácilmente detectable, ya que destaca por su bolsa de gas, de unos 30 centímetros, que la hace flotar en el agua y ser arrastrada por la corriente. Sin embargo, su problema está en los tentáculos. En algunos casos pueden llegar a medir hasta 20 metros y estos sí que van por debajo del agua, que es lo que verdaderamente genera peligro, ya que es donde se encuentra el veneno.

Los expertos ya han dejado claro que, aunque resulta muy dolorosa, su picadura no es mortal, a no ser que existan otras patologías en las personas afectadas que puedan agravarse con las toxinas que emanan de la carabela.

Desde el ayuntamiento vallero confían en que hoy ya se pueda tomar el baño con normalidad en la playa. En todo caso, los servicios de socorrismo, no solo de este municipio sino de toda las playas de la comarca de la Safor tendrán que redoblar la atención para tratar de detectar la posible presencia de carabelas.