La Generalitat quiere iniciar el próximo diciembre el derribo del antiguo hospital Francesc de Borja, pero le acaba de salir un escollo que va a retrasarlo. Se trata de un transformador de electricidad que se pensaba que únicamente daba servicio al antiguo centro sanitario. Ahora, en cambio, se ha descubierto que el transformador suministra energía a la zona urbana que rodea en hospital, de manera que será necesario trasladarlo o buscar conexiones alternativas antes de desmantelarlo.

Lo dijeron ayer la concejala de Sanidad de Gandia, Liduvina Gil, y el arquitecto municipal Fernando Mut, quienes indicaron que, a la vista de que la Generalitat va a buen ritmo en el proyecto de derribo y futura construcción de un centro de salud en el lugar que ocupa el viejo hospital, van a urgir a Iberdrola para que, cuanto antes, traslade el transformador.

Poco a poco se van conociendo detalles de una obra que ofrecerá imágenes singulares de Gandia. El mastodóntico inmueble del viejo hospital ocupa casi por completo una parcela de más de ocho mil metros cuadrados con cinco alturas construidas. El derribo sacará miles de metros cúbicos de escombros que serán triturados para rellenar el espacio subterráneo que no se reserva a las 150 plazas de aparcamiento que se han proyectado.

Según Gil y Mut, el derribo podría prolongarse entre 6 y 8 meses, por lo que no se estima que esa actuación haya finalizado hasta finales del próximo año.

Las máquinas entrarán contra el hormigón en la esquina que forman las calles Benicanena y Barcelona, junto al lugar donde estaba la puerta de acceso a Urgencias. Desde allí se trabajará «en dialogal», comiendo lentamente la estructura de hormigón. Antes se retirarán puertas, ventanas, elementos que puedan reciclarse y otros que se consideren contaminantes.

El ayuntamiento, que es consciente de las molestias que una operación de esa envergadura puede causar en plena zona urbana, adoptará medidas, tanto de protección del área de obras y evitar que nadie se introduzca allí, como para producir el menor nivel de polvo posible, un elemento muy a tener en cuenta porque si es intenso obligaría a cerrar puertas y ventanas en decenas de viviendas situadas en el paseo de les Germanies y en las calles de Sant Pere, Benicanena y Barcelona, todas ellas limítrofes con la manzana urbana del hospital.

«Deficiencias graves»

Los informes realizados sobre la estructura del hospital también han permitido detectar la existencia de «deficiencias graves» incluso en la continuidad de vigas de gran tamaño que sostienen las cinco plantas. Por ese motivo, y otros muchos, la Generalitat no podía retornarle la licencia de uso sanitario al viejo hospital después de que, al final de la pasada legislatura, el Consell de la Generalitat del PP le retirara esa condición. En centro, por lo tanto, ya no podía volverse a usar como edificio de atención sanitaria.