La Conselleria de Sanidad no ha podido determinar si la picadura que sufrió la niña de dos años que el pasado miércoles por la tarde fue trasladada al centro de salud es o no de la carabela portuguesa. Según fuentes del departamento de Salud de Gandia, explicaron a Levante-EMV que los efectos de la picadura que presentaba la menor eran «muy similares» a los de una medusa normal. En concreto, la pequeña presentaba rojeces con líneas de mínima quemadura. En cualquier caso, desde la conselleria recuerdan que la niña, que se encontraba jugando en la playa muy cerca de donde fue visto el ejemplar, «no tocó la carabela en sí», por lo que la picadura podría haberse producido por el roce de la mucosa.

Cabe recordar que, en la mayoría de los casos, cuando llegan a las costas mediterráneas, las carabelas portuguesas están muertas. Se trata de animales marinos más típicos del Atlántico, donde las aguas son mucho más frías.

Por ello, una vez llegan a las costas de la comarca, donde la temperatura es mucho más elevada, estos hidrozoos fallecen. Esto disminuye el efecto de su picadura, pese a que sus tentáculos, que pueden llegar a medir hasta 20 metros, siguen siendo venenosos, según explicaba a este periódico un experto.

La niña que sufrió la picadura estaba «bien» según apuntaron varios testigos consultados por este periódico.