Acaba de empezar el verano y es muy pronto para hacer un balance sobre la campaña, pero los datos de contrataciones generan dudas sobre las expectativas que los empresarios tienen para este 2018. El sector turístico afronta el reto de superar, o al menos mantener, las buenas cifras del pasado año, cuando se batieron todos los récords y se consolidó una recuperación que se esperaba como agua de mayo. Sin embargo, los primeros indicadores para la actual campaña apuntan que se está siendo muy comedido en cuanto a las expectativas.

Así se desprende del número de contratos con los que ha arrancado el mes de julio, que, de forma sorprendente, es el más bajo de los últimos cuatro años, con una bajada del 4,5% respecto al pasado año. En cifras absolutas, el mes de junio (durante los últimos días se formalizan ya muchos de los contratos de la campaña estival) se cerró con un total de 8.648 personas que estamparon su firma en un documento que les permite trabajar. Son 415 menos que las 9.063 del anterior. Pero lo que más llama la atención es que el número es incluso menor que el 2015 (8.888), un año de mucha mayor incertidumbre y cuando el sector apenas empezaba a vislumbrar la salida a la crisis.

Los contratos formalizados en junio de este año, por tanto, rompen una tendencia de al menos cinco ejercicios consecutivos al alza (de 2014 a 2017 ambos incluidos). Es, además, incluso menor que los de julio del 2017 (8.805), un mes en el que, tradicionalmente, este tipo de estadística disminuye, ya que, aunque se incorpora más gente que cualquier otro periodo, el grueso de las contrataciones para cubrir la campaña estival se produce durante los últimos días del mes de junio.

Los servicios, el principal sector económico de la comarca actualmente, es el que más alegrías da, pero también disgustos . En la actual campaña, donde además adquiere una mayor importancia, experimenta una bajada de más de 600 contrataciones respecto al mes de junio del 2017 al pasar de 7.736 a 7.174.

Respecto al tipo de contratos, la estadística no presenta variaciones. El 93,5% de los registrados (8.092) al cierre del pasado mes eran temporales, mientras que apenas un 6,4% pudieron completar una relación laboral indefinida con sus empresas.

Ni siquiera la principal ciudad turística de la comarca, Gandia, se escapa de esta situación. El número de contrataciones en junio fue de 4.667, un 2% inferior que los 4.750 del año anterior y un 7,5% menor que el mismo periodo del 2016.

Oliva también registra un menor número de incorporaciones al pasar de 936 en 2017 a las 909 de este verano (-2,8%). Es cierto que esta ciudad, a cambio de lo que sucede en Gandia y en el global de la comarca, está en una situación mejor que la de hace dos años.

El contrapunto positivo lo pone Tavernes de la Valldigna. El municipio Vallero no ha hecho más que crecer en contrataciones estivales en las dos últimas campañas. En 2016 se registraron 334, pasando a 405 en junio del 2017 y llegando a las 461, una importante subida, para la presente campaña.

El paro baja un 2,3% en junio

Por otra parte, el índice de paro ha registrado un descenso del 2,3 % en la comarca durante el mes de junio. En cifras absolutas significa que 318 personas han encontrado un puesto de trabajo en este periodo. Así, el mes de junio se cerró con 13.391 personas en la lista de demandantes. En el caso de Gandia, en el caso de Gandia, el descenso fue de 314 personas y de 66 en Oliva. En Tavernes, único municipio donde crecen los contratos, sube en 86 personas.