El Ayuntamiento de Oliva ha vuelto a demostrar que está dispuesto a llegar hasta la vía judicial para intentar que el Consell de la Generalitat derogue el Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral (Pativel) que, entre otros aspectos, limita mucho el uso de las llamadas «playas naturales» e impide urbanizar en aquellos espacios situados a menos de 500 metros del mar que sigan libres de hormigón.

En ambos casos Oliva se considera uno de los municipios más perjudicados de la Comunista Valenciana. Como publicó este periódico la pasada semana, recientemente se ha tenido que anular el concurso para habilitar un canal de kite surf en la playa de l'Aigua Blanca porque figura entre los tramos «naturales».

El ayuntamiento ahora ha acordado, con una resolución del pleno corporativo, presentar un requerimiento a la Generalitat exigiendo que derogue «aquellos aspectos del Pativel que afectan negativamente los intereses de la ciudadanía». Esta acción, indicó el ayuntamiento ayer mediante una nota de prensa, es el paso previo a la interposición de un recurso judicial, de manera que Oliva abriría un frente de guerra contra el Consell por este asunto.

Durante la tramitación de este documento, el Ayuntamiento de Oliva ya se opuso al mismo. Entre muchos otros aspectos, Oliva señala que en la catalogación de playas «no se tiene en cuenta la singularidad» de la franja litoral de este municipio, donde 7 de los 8,9 kilómetros de costa han sido declarados «playa natural» y, por lo tanto, con limitaciones muy restrictivas sobre usos, incluyendo la limpieza en los meses del verano.

Para Oliva, el Pativel también plantea «una cantidad desproporcionada de suelo no urbanizable de protección al hablar de 500 metros de anchura desde la ribera del mar». Los partidos olivenses entienden que esa protección de las dunas y la costa sería suficiente con una franja protegida de 200 metros contados desde la ribera marina.

Respecto a la prohibición de urbanizar, Oliva también reprocha a la Generalitat que el Pativel «no contemple ningún tipo de compensación para aquellos propietarios afectados ni para los ayuntamientos que han hecho posible la conservación o la regeneración de los sistemas dunares».

El caso de Oliva es único en la Safor. Gandia y Tavernes de la Valldigna, que también tiene suelo afectado por el Pativel, han aceptado las limitaciones y restricciones que impone, a pesar de que también están sometidos al concepto de «playa natural» y existen grandes extensiones de terreno junto al mar que ya no podrán urbanizarse.