Las obras de arte que las monjas clarisas han atesorado desde el siglo XV vuelven a estar disponibles para el gran público. Después de dos años (concretamente, desde junio de 2016) ocultas, lucen de nuevo en la Sala d'Hòmens del Centre Museístic Antic Hospital de Sant Marc, que es como se denomina ahora el complejo cultural ubicado en el hospital medieval.

A las siete de la tarde de ayer se abrieron de nuevo las puertas del Museu de Santa Clara. Fue una ceremonia religiosa y discreta, sin convocatoria pública, pues en 2015 el espacio ya fue inaugurado y bendecido por el cardenal y arzobispo de València, Antonio Cañizares, y por el entonces alcalde, Arturo Torró, tras casi 10 años de trabajos y negociaciones entre el Ayuntamiento de Gandia, la comunidad de religiosas de Santa Clara y el arzobispado.

Y como no era cuestión de inaugurar el museo dos veces, el acto religioso de ayer sirvió, por un lado, para escenificar el fin del conflicto mantenido entre el arzobispado y el ayuntamiento desde 2016, y por otro, para anunciar su apertura al público a partir de hoy en el horario habitual. Asistieron unas 50 personas, entre religiosos, representantes parroquiales y de Cáritas y parte de la corporación municipal.

No hubo declaraciones de la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, ni de ninguna autoridad excepto las palabras del cardenal Cañizares. El acto había sido convocado por el arzobispado y se siguieron sus criterios de protocolo.

«Nos alegramos de bendecir este museo nuevo», dijo el arzobispo, quien dio las gracias a las monjas clarisas (ausentes en el acto por motivo de su clausura), «por haber conservado tan extraordinariamente todas estas imágenes hasta nuestros días». También hubo un agradecimiento expreso «al ayuntamiento, con cuya colaboración ha sido posible toda esta belleza».

Como es sabido, el museo cerró al año y tres meses de su inauguración en marzo de 2015, porque el arzobispado retiró las obras sin comunicárselo al Ayuntamiento. De un día para otro, la sala apareció totalmente vacía. El arzobispado protestaba así porque no se proveyó de una plaza de director de museo, algo que el ayuntamiento no podía hacer, según fuentes municipales, al estar sometido al Plan de Ajuste. El acuerdo final que permitió ayer la reapertura llegó en febrero de este mismo año.

Como ya informó Levante-EMV el pasado mes de junio, se ha aprovechado «la reinstalación de las obras para rediseñar el espacio y mejorar el contexto expositivo», según Joan Aliaga, director del museo. Se trata de la misma de la misma colección, con obras de Ribera, Macip, Salzillo, Joan de Joanes o Paolo de San Leocadio, entre otros, «pero hemos incluido piezas que anteriormente no estaban expuestas porque no cabían o porque estaban en proceso de restauración».