Llorenç Peiró, un vecino de Gandia con discapacidad, paró ayer al mediodía un autobús de la Marina en la calle Sant Rafel con el fin de denunciar la falta de rampas accesibles en los vehículos que cubren la línea entre la ciudad y la playa, un servicio que gestiona La Marina Gandiense.

Peiró explicó a este periódico que muchas veces tiene que esperar «más de una hora» para poder acceder a uno de estos coches y que, por ello, ha decidido reivindicarse de esta manera puesto que «no obtiene respuestas por parte de la compañía y tampoco me responde al teléfono».

Este vecino estuvo cerca de una hora frente al autobús mientras algunos usuarios de esta línea se quejaban por la espera y le recriminaban el hecho de llegar tarde al trabajo por su «capricho». Peiró puso fin a su protesta ante la presencia de la Policía Nacional. Se comprometió con los agentes a dirigirse a la oficina de la empresa y al ayuntamiento para informar de su situación.

Por su parte, un responsable de la empresa La Marina Gandiense consultado por este periódico, destacó que Gandia cuenta con una flota de siete autobuses de los cuales seis tienen rampa e indicaba que Peiró «solo busca el único vehículo que no dispone de este elemento».