El Iboga Summer Festival es uno de los acontecimientos musicales veraniegos que se ha consolidado en la playa de Tavernes de la Valldigna durante los últimos años. En esta sexta edición la organización del evento destacó que «estamos a punto de superar las cifras del año pasado, que rondaron los 40.000 asistentes».

Además, este evento ha supuesto la contratación de 1.200 trabajadores. Entre ellos, se encuentra un grupo de camareros que este año trabajan en el Iboga por la primera vez. «Hemos llegado a este evento por contactos después de trabajar en otros eventos», destacaron.

Al festival acuden, año tras año, ibogueros de distintas partes del mundo que acampan en el recinto con el fin de disfrutar de cinco días de música y actividades. De esta manera, el pasado lunes un grupo formado por cinco ingleses se desplazó en avión para acudir a este acontecimiento, en el que «no habíamos estado nunca». Tres chicas francesas también han aprovechado sus vacaciones de verano en el municipio para disfrutar del Iboga, ya que la hermana de una de ellas vive en Tavernes y les habló del festival.

A esta edición también se han sumado miles de turistas de distintas partes de España que aprovechan la ocasión para disfrutar de la costa. Dos de las asistentes llegan desde Madrid y explican que «no habíamos estado antes, nos lo recomendó una amiga que vino el año pasado y pensamos que era un plan barato que combina música y playa». Las dos ya han estado en otros festivales, pero destacan que este «es un recinto pequeño» y están más a gusto». Las dos chicas madrileñas estarán hasta el domingo en el evento y esperan ansiosas la actuación de Julian Marley.

Sin embargo, a lo largo del festival también se puede encontrar a gente del municipio, de la comarca de la Safor y del resto de la Comunitat Valenciana. Dos jóvenes de Cocentaina ya han acudido al evento en otras dos ocasiones y, «aunque no conocíamos la música, nos enganchó». Una de ellas destacó que le ha gustado tanto el festival que «tengo pensado repetir hasta que me muera».

Para mantener la seguridad de los asistentes, el festival ha implantado un nuevo sistema electrónico en el que se controla «a toda la gente que entra y sale», explicó la organización.

Novedades

Una de las iniciativas que caracterizan a este festival es el hecho de contar con una «Zona Kids», en la que los niños pueden disfrutar «a menor escala» del festival. De esta manera, los más pequeños pueden participar en talleres, actividades y varias actuaciones musicales. Por su parte, los más mayores también cuentan con distintos talleres, durante las tardes, relacionados con la cosmología, el parkour, la sexualidad o el yoga.

A lo largo del recinto los asistentes también pueden disfrutar de varios puestos de comida. «Intentamos alejarnos del fast-food típico de los festivales porque después de cinco días aburre y ofrecemos comida más elaborada», señaló a este periódico el director del Iboga Summer Festival, Álvaro Garro.

Este año también se ha incluido la zona «Aqualandia», que «es una zona de duchas donde los ibogueros disponen de objetos y mojarse entre ellos».

Además, Garro destacó que la gente que acude al festival está «muy contenta» y «acaba implicando a los vecinos de Tavernes que ya son unos ibogueros más».

Por ello, la organización explicó que el hecho de escoger este municipio de la costa valenciana se debe a que «lo consideramos el epicentro de la música y además cuenta con playa». «Para muchos los festivales se han convertido en un plan para las vacaciones», recalcó. Por ello, la organización espera acudir al municipio muchos años más.