La restauración ambiental del Gorg de la Palanca,

«Es una demostración de cómo un pequeño esfuerzo permite devolver los usos del río a la gente», comenta Antoni Domínguez, portavoz del Col·lectiu Nostra Terra, un grupo de voluntarios de Potries que a principios de la primavera pasada iniciaron las labores de recuperación del paraje. Con solo 4.590 euros, y la ayuda de otras asociaciones locales y del Ayuntamiento, han devuelto a su estado original un tramo de 130 metros lineales de la orilla del río, situado a escasos 300 metros del núcleo urbano de la localidad.

Y para celebrar la vuelta de la gente al río, y para promover y publicitar este «nuevo» espacio de ocio estival, el colectivo ha convocado un concurso fotográfico a través de Facebook. Se trata de «poner en valor el proyecto y el espacio, que la gente conozca el paraje, lo cuide, lo valore y de paso que divierta», explica Domínguez.

Un río para disfrutar

Al cierre de esta edición, se habían presentado a concurso una treintena de fotografías, y se esperan muchas más hasta el 14 de agosto, fecha límite para participar. Todas reflejan una imagen del río totalmente idílica: hay instantáneas de gente tomando el baño y divirtiéndose, otras reflejan la belleza de los paisajes fluviales, y otras muestran especies vegetales o animales que habitan en las riberas del río. Para participar, sólo hay que entrar en el perfil de Facebook del Col·lectiu Nostra Terra, leer las bases del concurso y enviar por mensaje privado las fotos deseadas. Las seleccionadas se mostrarán públicamente en el muro del colectivo para que los internautas voten por su preferida. Se premiarán las fotos que reciban el mayor respaldo popular, y sus autores serán obsequiados con una entrada para el concierto de Gatos Revoltosos Gypsy Quartet, que tendrá lugar el día 17 en el Auditori Natural de l'Ermita.

El concurso se engloba en el proyecto «Potries té platja», que es el lema bajo el que se desarrollan estas acciones ambientales del Col·lectiu Nostra Terra para la recuperación de la ribera fluvial del Serpis en la zona de la Palanca. «Es una forma de que la gente conozca el trabajo que estamos haciendo, porque somos voluntarios y nuestro tiempo libre lo dedicamos a nuestra tierra», afirma.