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De palacio de congresos a centro de acogida

En apenas tres días, el Espai Baladre ha pasado a ser una sala de exposiciones a centralizar el operativo de atención a los afectados por el incendio forestal ? El operativo de emergencia ha puesto a prueba la capacidad y calidad del recinto

Inauguración, el viernes pasado, del Espai Baladre con una exposición artística. àlex oltra

La noche del lunes, desde el Puesto de Mando Avanzado de la lucha contra el incendio, situado en Llutxent, se ordenaba la evacuación de todos los residentes de la Drova como medida de seguridad ante el avance de las llamas, pero sobretodo, por el alcance de la humareda. Unas 2.500 personas de este paraje de Barx y de las urbanizaciones Montesol, Montepino y la Rochera de Gandia tuvieron que salir con lo puesto. Entre ellos, cerca de 80 ocupantes de la residencia Mondúber de Barx, ancianos y personas de diferentes edades en tratamiento psiquiátrico o con diversos grados de discapacidad intelectual.

El Ayuntamiento de Gandia habilitó de inmediato el pabellón polideportivo del Raval y el Centro Social de Corea para acoger a los desalojados, y gestionó con los hoteles de la playa la posibilidad de alojar en estos establecimientos turísticos a entre 80 y 100 personas afectadas que no tenían a dónde ir, aunque finalmente todos pudieron ser colocados en hoteles de la playa y nadie durmió en el pabellón.

Al día siguiente la situación no mejoraba y los desalojados no podían volver a sus casas. Fue entonces cuando el ayuntamiento decidió habilitar el Espai Baladre como centro de operaciones para atender a las familias. Se desinstaló la exposición de Abel Iglesias, y los que habían pasado la noche en hoteles se congregaron allí en busca de noticias y soluciones. Con el desalojo, la noche del martes, de las urbanizaciones de Marxuquera, centenares de personas han pasado por el Espai Baladre para obtener información, realizar consultas, descansar o pasar la noche.

Camillas, neveras y juegos de mesa

El interior del recinto, capaz de albergar a un millar de personas, es diáfano, pero se puede compartimentar gracias a unos paneles móviles. Para acoger los diferentes servicios del operativo de emergencia, se crearon cuatro espacios distintos. Una área está destinada al descanso de los desplazados, con camillas y sábanas aportadas por Cruz Roja. Unas 80 personas hicieron uso de este espacio la noche del martes y del miércoles. Otras dos estancias, de acceso restringido, están reservadas para la atención personalizada a las familias desalojadas con ayuda de Cruz Roja, psicólogos y personal municipal. Y el cuarto espacio se habilitó como sala de reunión y ocio, donde los afectados podían descansar, ver la televisión, distraerse con juegos de mesa y, sobretodo, esperar noticias sobre su situación.

El recinto cuenta con duchas y aire acondicionado. El equipo de coordinación instaló en la sala de reuniones neveras de arcón para enfriar bebidas, y diversos establecimientos hosteleros de la ciudad han aportado menús. Ayer comieron arròs a banda cocinado por un restaurante de la playa.

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