La persona que quiera comprar un piso de nueva construcción en la ciudad de Gandia deberá tener en cuenta que, a partir de ahora, esa operación incluirá la adquisición inseparable de la plaza de garaje que tiene vinculada, y también del trastero, si es que el edificio cuenta con ese elemento.

En eso consiste la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobada hace unas semanas y que entrará en vigor previsiblemente antes de que acabe el año.

Cuestión muy importante, la nueva normativa no tiene carácter retroactivo. Es decir, afecta exclusivamente a aquellos edificios que se den de alta a partir de ahora, de manera que su aplicación será paulatina y tendrá mucha mayor incidencia en las áreas de los ensanches urbanos residenciales, como es el caso del sector Beniopa-Passeig, con muchas parcelas pendientes de construir, o, en el Grau, al gran sector de les Foies, cuyas obras de urbanización aún no han terminado.

La nueva normativa consiste en una «vinculación registral» entre el piso, la plaza de párking a la que necesariamente tiene que ir vinculado, y al trastero correspondiente. De manera que se forma un «pack» indivisible para su compraventa, tanto cuando eso ocurre por primera vez, a cargo del promotor del edificio, como si el propietario decide venderlo en un futuro.

Este sistema no es exclusivo de Gandia, pero sí lo es en la comarca de la Safor. Ciudades como València o Alzira ya lo aplican.

Quejas de convivencia

El argumento del Gobierno local de Gandia para aprobar esta modificación en el PGOU es que así se evitan picarescas e ilegalidades por parte de algunos promotores de edificios, así como numerosos problemas a las comunidades de vecinos.

Respecto a las cocheras, en los últimos años ha habido muchas quejas por parte de propietarios respecto a la actitud de algunos dueños de garajes que no tienen vivienda en el edificio y que, por ese motivo, no se sienten vinculados a las decisiones sobre normas de convivencia, e incluso del pago de los gastos de la comunidad y otras obligaciones.

Respecto a los trasteros, se produce un problema añadido, y es que Gandia ha detectado que algunos promotores se reservaban esos espacios cuando estaban situados en la parte más alta del edificio, negándose a vendérselos a quienes adquirían un piso. Posteriormente «reconvertían» tres o cuatro de esos trasteros para acondicionarlos como lugares donde vivir, a modo de áticos. Eso supone una picaresca y, para el ayuntamiento, una ilegalidad.

Pese a todo, el consistorio ya ha perdido algunas sentencias judiciales cuando obligaba a los constructores a demoler lo hecho y mantener los espacios ocupados como trasteros, de manera que finalmente se ha optado por modificar la norma para que cada uno de ellos se vincule necesariamente a un piso y se venda conjuntamente. Solo en el caso de que el comprador renuncie expresamente y lo comunique por escrito al ayuntamiento se haría una excepción y permitiría la desvinculación del trastero al piso y su venta a una tercera persona.

Proteger al consumidor

Fuentes del departamento municipal de Urbanismo de Gandia, que dirige Vicent Mascarell, señalaron ayer que esta modificación del PGOU tiene como objetivo la protección del propietario, del comprador y, en definitiva, del consumidor, tanto para evitar especulaciones sobre esos dos elementos adicionales, el garaje y el trastero, como para intentar que no se produzcan los problemas de convivencia ya detectados y denunciados entre los residentes en una finca y quienes disponen de un garaje pero no de un piso.

Además de ser una norma que ya está asumida en los ordenamientos urbanísticos de muchos municipios, especialmente las grandes ciudades, la legislación para construir viviendas de protección pública siempre ha exigido esa «vinculación registral» entre piso y garaje.