El Partido Popular, que ganó las pasadas elecciones municipales de Oliva pero que no logró gobernar por un pacto entre cuatro fuerzas políticas, va a terminar esta legislatura convirtiéndose en el protagonista de la aprobación del último presupuesto municipal, el del presente año 2018. Así, contribuirá a cerrar, siquiera sea parcialmente, la crisis institucional que se generó a raíz del desencuentro entre el grupo de Projecte Ciutadans d'Oliva y las otras tres fuerzas del Gobierno local, Compromís, Gent d'Oliva y EU-Acord Ciutadà.

El portavoz popular, Salvador Llopis, transmitió ayer al alcalde de la ciudad, David González, de Compromís, que tiene sus votos para poder aprobar el presupuesto de 2018. Minutos después, el propio alcalde confirmaba a este periódico que las cuentas municipales se llevarán al pleno a finales de este mes o la primera semana de octubre, cuando estén redactados todos los informes que requiere el presupuesto.

La cuestión no es menor. En la práctica, no solo supone acabar la legislatura con una cierta normalidad en la gestión municipal, sino que también permitirá acometer decenas de actuaciones que ahora están paralizadas por el hecho de no disponer de la partida económica para financiarlas.

Todos los departamentos municipales tienen proyectos pendientes por culpa de esta situación, pero en su día el concejal de Hacienda, Vicent Canet, destacó la imposibilidad de situar dinero para las obras de renovación urbana y mejora de las viviendas de Oliva, el bloqueo en el incremento del salario de funcionarios o las ayudas anuales a entidades festivas, culturales o deportivas. En genérico, tampoco se pueden pagar las facturas a los proveedores del ayuntamiento cuyo importe no figure en presupuestos anteriores. De la misma manera, permanece congelado el proceso para el nuevo concurso de recogida de basura y limpieza viaria, e incluso se recortan las ayudas a familias y personas vulnerables acogidas en programas sociales.

Abstención o voto a favor

Salvador Llopis explicó ayer a este periódico que, a pesar de sus discrepancias con el Gobierno local, la decisión de permitir que el presupuesto de 2018 salga adelante la adoptan «por Oliva y por el bienestar de los ciudadanos». El portavoz popular indicó que, por ese motivo, en el pleno al que se lleven las cuentas su postura sería la abstención, pero que, si es necesario, votarán a favor el número de concejales del PP que sea necesario. El alcalde de la ciudad agradeció ese gesto, y más llegando de una formación política muy crítica con Compromís.

Si todo discurre en los plazos establecidos, el presupuesto municipal de Oliva entraría en vigor a mediados de noviembre próximo, y sería entonces cuando se desbloquearían decenas de actuaciones. El ayuntamiento llegaría así a las próximas elecciones de mayo de 2019 en una situación de normalidad institucional.