Antes de que acabe esta legislatura la piscina cubierta de Tavernes de la Valldigna, una actuación de cuando el PP gobernaba en el ayuntamiento que quedó paralizada en el año 2010, tendrá un proyecto de obra redactado, de manera que el gobierno que dirija la gestión a partir de junio de 2019, podrá poner el dinero que falta, terminar esa infraestructura y abrirla.

Es lo que se desprende de la sentencia que acaba de emitir el Tribunal de lo Contencioso Administrativo número 6 de València, a la que ha tenido acceso este periódico, que rechaza el recurso interpuesto por una entidad bancaria contra el acuerdo del ayuntamiento que resolvió, por incumplimiento, el contrato con la empresa de la piscina cubierta.

En concreto, el tribunal considera ajustado a derecho el acuerdo municipal adoptado en noviembre de 2016, hace casi dos años, en el que, tras declarar que la empresa había dejado a medias las obras de la piscina, el ayuntamiento incautaba la garantía del contrato con Metroval Aqua SL, que ascendía a 106.014 euros.

Tras siete años de conflictos mercantiles y judiciales sobre la piscina cubierta de Tavernes, puede afirmarse que esta sentencia allana definitivamente el camino para que el ayuntamiento pueda acabarla y abrirla.

Fuentes municipales indicaron ayer a este periódico que posiblemente el próximo mes de noviembre se inicie el proceso de liquidación con Metroval Aqua y, paralelamente, ya se está redactando el proyecto de obra para finalizar la piscina. Ese documento es el que dirá cuánto dinero hay que poner para que la piscina, una instalación que en muchas ciudades cuenta con una amplia demanda de usuarios, abra sus puertas. El ayuntamiento ya está reservando una partida económica anual para las obras, si bien se echará mano de un crédito porque estima que serán necesarios centenares de miles de euros. Tras ocho años, las instalaciones, abandonadas, han sufrido un considerable deterioro.

Lo que resulta evidente es que la apertura de esa instalación deportiva no será posible hasta el año 2020, en el caso de que, como es previsible, o bien antes o bien inmediatamente después de las elecciones de mayo del año que viene, se liciten y adjudiquen las obras necesarias.

Respecto a la decisión del tribunal que allana el camino hacia el punto y final de este fallido proyecto, el alcalde, Jordi Juan, señaló ayer, con satisfacción, que esta resolución «avala el trabajo hecho por el ayuntamiento y otorga garantías para seguir con los procedimientos». Juan recordó que «son muchos los esfuerzos que hemos hecho para desbloquear la situación de la piscina cubierta».