Casi todos piden huir de un lenguaje estridente, pero lo cierto es que las Fallas de Gandia han entrado en una dinámica de enfrentamiento inédito en su historia reciente cuyas consecuencias resultan imprevisibles.

Después de las pasadas fiestas un grupo de comisiones denunció que la del Prado había retirado «ninots» antes de quemar el monumento. Una comisión avalada por la Federació de Falles de Gandia (FdF) acabó sancionándola con 300 euros, la retirada del banderín y la anulación de la subvención económica por el premio conseguido, unos 2.700 euros.

La directiva y la asamblea del Prado consideraron injusta esa sanción y autorizaron acciones judiciales para dejarla sin efecto. La demanda ya se ha hecho efectiva y se ha comunicado a la FdF.

El último capítulo de este serial que casi todos lamentan es que la FdF aprobó la noche del pasado jueves mantener la sanción y defenderse en los tribunales.

A propuesta de la Ejecutiva, el asunto fue debatido y 20 de las 23 comisiones votaron a favor de, en primer lugar, poner 250 euros cada una para pagar los gastos de este proceso judicial, incluyendo el abogado y procurador. En segundo lugar, se decidió congelar la entrega de las ayudas a los premios de este año, a la espera de la resolución judicial definitiva que determinará la relación de ganadores en la sección de Especial, cuyo segundo premio le fue retirado al Prado.

Tres comisiones se abstuvieron en la votación. Entre ellas estuvo la del Prado, cuyo presidente tomó la palabra para expresar lo que el abogado que lleva su demanda le había transmitido. Esta comisión no aportará los 250 euros exigidos porque eso supondría un auténtico contrasentido. Por una parte, ser el demandante y, por otra, financiar las acciones de defensa del demandado.

Lo que queda claro es que nunca se había llegado a tal grado de enfrentamiento. El presidente de la FdF, Telmo Gadea, señaló ayer a este periódico que todo se resume en que una falla, en este caso el Prado, no ha aceptado una resolución adoptada en el seno de la entidad que aglutina a todas las comisiones y que, activada la vía judicial, a la FdF no le queda más remedio que dirimir esa cuestión en los tribunales.

Otro aspecto que se desprende de toda la polémica es que 20 de las 23 comisiones se han posicionado claramente contra el Prado. Una brecha que no se apunta de fácil reparación.