Ciento cuarenta maquetas de barcos reales, con todo lujo de detalles, realizadas durante 21 años por Manuel Estrela, conocido en el Grau de Gandia como «el Polit», han tenido el honor de estrenar los usos culturales permanentes en la hilera de tinglados situados sobre el muelle sur del puerto de Gandia.

La exposición abierta ayer, que también incluye planos y documentos sobre el puerto gandiense, es el fruto de la negociación de las hijas del Polit, Eva y Ana, que inicialmente intentaron que esa bellísima colección de barcos se depositara en l'Oceanogràfic de València. Como allí no la quisieron, Gandia tendrá el privilegio de no perder la colección. "Soy un hombre muy feliz", señaló el Polit, que tiene 81 años, justo en el momento en que la emoción le interrumpía el discurso y entre el aplauso de los asistentes,

La apertura del espacio cultural se convirtió en todo un evento social. Entre otros, allí quisieron estar el presidente de la Autoridad Portuaria de València, Aurelio Martínez (APV), y la alcaldesa de la ciudad, Diana Morant. En sus palabras de agradecimiento y elogio al Polit por permitir que su flota se convierta en un aliciente para las visitas culturales al puerto, ni uno ni la otra dejaron pasar la oportunidad de definirse sobre esa vieja aspiración del Ayuntamiento de Gandia consistente en conseguir que la APV siga cediendo tinglados para que esa bella hilera de tinglados centenarios sea un referente cultural y de atracción turística.

"Cada vez que vengo a Gandia la alcaldesa me roba un tinglado", llegó a confesar Aurelio Martínez, en clara alusión a la insistencia de Diana Morant para que en dos o tres de esas naves de techo semicircular se pueda ubicar algún tipo de museo con referencias al mar y a la construcción e historia del puerto gandiense y del ferrocarril que, entre los últimos años del siglo XIX y las primeras décadas del XX, unió este recinto con Alcoi, llenando de prosperidad ambas comarcas.

Medio en broma medio en serio, la alcaldesa, mirando al Polit pero dirigiendo sus palabras hacia Aurelio Martínez, señaló que los promotores de esta exposición permanente "han conseguido lo que no yo no he podido: abrir un espacio cultural en los tinglados", señal de que esa reivindicación municipal a la APV sigue viva.

Lo que quedó claro es que los dos organismos, ayuntamiento y APV, son partidarios de avanzar en ese camino que, junto a los usos para la investigación, pretende potenciar la atracción turística de un puerto muy urbano cuyas instalaciones, reflejadas sobre la lámina de agua de la dársena, dibujan una de más bellas imágenes de la ciudad.

Más maquetas pendientes

Respecto a la exposición del Polit, hay barcos y barcas de todas las épocas y dimensiones, entre ellas, y de ahí buena parte de su atractivo, las dedicadas a la pesca en el Grau de Gandia. También está la suya, de nombre Bella Cala, con la que trabajó hasta su jubilación. También su padre y su abuelo fueron pescadores.

Pero sus obras en miniatura continúan y seguramente alimentarán el museo en un futuro próximo. En estos momentos trabaja en una reproducción del Pequod, el ballenero nacido de la pluma de Herman Melville en la novela Moby Dick. El mismo en el que, durante su obsesiva persecución del cachalote blanco, dejó su vida el capital Ahab. Cultura, al fin y al cabo, como la que, desde ayer, penetró en los tinglados gandienses.