Históricamente, los gatos callejeros han sido un aliado perfecto para el ser humano a la hora de librarse de roedores y otras alimañas. Pero ahora se están convirtiendo en una plaga más: se reproducen sin control y, como muchos vecinos los alimentan, los felinos ya no cazan, incumpliendo así ese «pacto» entre humanos y felinos. El problema es que estos animales están generando molestias de suciedad y olores en localidades como Xeresa. El ayuntamiento ha iniciado un plan para controlar las colonias que campan a sus anchas por el pueblo. «Se trata de cazarlos, esterilizar a los machos y depositar los en un recinto municipal, amplio y vallado, a las afueras del pueblo», explica el alcalde, Tomàs Ferrandis.

Es el que se conoce como método CES (captura, esterilización y suelta), que se aplica en muchas ciudades españolas. Pero para ello, se necesitan voluntarios que ayuden a su captura mediante jaulas gateras y, posteriormente, a su cuidado y mantenimiento, mientras que el consistorio se hará cargo de los gastos de la factura veterinaria y del recinto. «Pero hace falta que se incorpore más gente y que se forme una asociación», dice Ferrandis.

Xeresa sigue así el modelo recién adoptado en Xeraco, donde una asociación animalista, Guaita, colabora en mantener a raya estas colonias a la vez que participa en su protección. «Muchos vecinos daban de comer a los gatos», explica el alcalde, José Tejada, «pero esto es contraproducente porque así ya no cazan ratones , y los restos de comida en la calle aún atraen a más plagas». La asociación Guaita obtiene una subvención, según Tejada, para capturar, esterilizar y alimentar a los felinos.

También en Bellreguard se está promoviendo un voluntariado para este fin. «Estamos a punto de aprobar un reglamento sobre este tema», comenta la concejala de Medio Ambiente, Alícia Boigues, quien asegura que los gatos «están causando muchas protestas de los vecinos, sobre todo en la playa». Aquí se castrará a las hembras a cargo del ayuntamiento (una gata puede tener 18 cachorros al año). De momento, los gatos capturados se sueltan mientras se busca un lugar adecuado para su cuidado.