La producción de la fábrica de cerámica José María Verdejo de Manises destacó en los años 20-30 del siglo XX tanto por los materiales empleados como por la fineza de sus diseños. Creaba los azulejos con pasta blanca, que aportaba un aspecto refinado como el de la porcelana, y para diseñar la ornamentación usaba mangas como la de los pasteleros para definir el dibujo decorativo.

Aún se puede contemplar zócalos y jambas creados por Verdejo en fachadas de numerosas localidades como Torrent, Manises, Almàssera, Alfara o Carlet, y parte de su obra está depositada en el Museo de la Cerámica de Manises. Como industria auxiliar de la construcción, este tipo de creaciones bebieron de los estilos artísticos dominantes en la época, el modernista y el art déco.

Un estudio de los expertos Beatriu Navarro y Josep Lluís Cebrián publicado hace dos años en el prestigioso Butlletí Informatiu de Ceràmica, hacía referencia a la fachada de la Botigueta Nova de Bellreguard como único ejemplo de los rótulos comerciales de la época que fabricaba Verdejo. En este tipo de paneles primaba la leyenda publicitarias sobre la decoración, «pero casi siempre está enmarcada por una cenefa». En el edificio, «otra cenefa recorre la fachada y remarca impostas, puertas y ventanas de las dos plantas del edificio», y está compuesta por «azulejos moldurados, con relieve, y otros decorados con motivos geométricos, de colores contundentes, muy al estilo del déco».