Hay que pensárselo dos veces antes de intervenir en un edificio antiguo, sobre todo si tiene elementos arquitectónicos o decorativos que puedan estar protegidos. En Bellreguard, las obras que ha impulsado el nuevo propietario del edificio de la Botigueta Nova, datado alrededor de 1925, han sido paralizadas por afectar a un panel cerámico casi centenario, creado por la antigua fábrica de José María Verdejo de Manises.

El alcalde de la localidad, Àlex Ruiz, publicó el decreto de paralización de las obras al ver que se había instalado sobre el panel cerámico un cuadro de luz eléctrica sin pedir la correspondiente autorización. «Es una antigua tienda que se abrió en 1874, pero que se trasladó a la calle de Sant Antoni sobre el año 1925», en pleno centro histórico, explica Ruiz. «Y este tipo de paneles cerámicos están protegidos por ley», asegura.

Efectivamente, en 2017 se aprobó una modificación de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano, por la cual tienen la consideración de bienes inmuebles de relevancia local «los paneles cerámicos exteriores anteriores al año 1940», entre otros elementos, a no ser que un estudio individualizado determine que algún panel «no acredite reunir valores culturales suficientes para su inclusión en el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano».

Para instalar el cuadro eléctrico, el propietario del edificio perforó directamente los azulejos, destruyendo las piezas que contenían una de las palabras del lema publicitario lateral, La casa mejor surtida. Tras la paralización de las obras y la advertencia municipal, se instaló otro cuadro de contadores al lado, sobre la puerta tapiada, pero el anterior se dejó en el mismo lugar.

Para disipar dudas, el Ayuntamiento de Bellreguard ha pedido a la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat un informe sobre el valor de la cerámica de la Botigueta Nova con el objeto de saber qué medidas se deben tomar desde el consistorio, ya que, aunque no consta en ningún inventario de bienes protegidos, la Ley de Patrimonio lo protege. Asimismo, «habrá que comunicar al promotor que paralice las obras que puedan afectar a la fachada» y «exigir la reconstrucción, si se considera oportuno, de lo que se ha roto», se lee en el expediente municipal. Al panel, que cubre la parte superior y los dos laterales de la puerta, también le faltan algunas piezas en las que se leía el año de creación del comercio (1874) y el nombre de la localidad, Bellreguart.