Dentro de aproximadamente dos años ya no se producirán vertidos de aguas negras contaminadas en el tramo final del Serpis, evitando así la mortandad de fauna fluvial que, junto a malos olores que molestan a los vecinos del Grau, se produce de forma cíclica, especialmente en los meses de verano, cuando el río carece de corriente natural.

El problema se genera cuando llueve porque el alcantarillado de esa zona de Gandia vierte directamente el excedente de agua a la desembocadura del Serpis. El líquido recogido en las calles, que viene impregnado de elementos contaminantes y mucha suciedad, se mezcla las aguas residuales del alcantarillado. Ese líquido que se vierte en el río causa la mortandad y los malos olores.

La solución, aprobada esta misma semana por el Gobierno local de Gandia, consiste en la construcción de uno de los llamados «depósitos de tormenta» que, además de evitar inundaciones, en este caso permitirá poner fin a la contaminación del Serpis.

El depósito, con una capacidad de 1.600 metros cúbicos, se ha proyectado junto a la piscina municipal del Grau. Los colectores dirigirán hasta allí el caudal recogido a través del alcantarillado cuando se pone a llover, evitando que acabe en el río. Posteriormente una bomba irá impulsando lentamente el líquido hasta la depuradora comarcal, situada aguas arriba del Serpis, junto al puente de Daimús, para que sea debidamente tratada. Es entonces cuando se verterá en el cauce, ya sin riesgo de contaminación masiva y sin que genere malos olores.

La obra, contemplada en el Plan Director del Alcantarillado de Gandia, está valorada en casi ochocientos mil euros, y va a ser ejecutada por la empresa mixta Actuacions Ambientals Integrals, participada por el ayuntamiento, que gestiona ese servicio esencial. El dinero saldrá del recibo del agua.

Playa cerrada por aguas negras

El concejal de Gestión del Territorio de Gandia, Xavier Ródenas, señaló a este periódico que se trata de una actuación importante para el medio ambiente local, y más aún teniendo en cuenta que el Serpis está declarado Paisaje Protegido por la Generalitat y que este problema causa muchas molestias a los vecinos.

El vertido de aguas negras al Serpis llega a causar, casi todos los veranos, el cierre de la playa de Venècia, situada en la desembocadura, por la presencia de elementos contaminantes que, si bien no son peligrosos, afectan negativamente a la calidad del agua de baño.