Hace años que la presencia de mujeres en los cuerpos de seguridad están más que normalizadas. Ya no resulta nada sorprendente verlas como agentes de la Policía Local, Nacional o la Guardia Civil. También hay bomberas y en otros estamentos como la Protección Civil cada vez es mayor su presencia. Hace años no era así y muchas de las que fueron pioneras y también las que entraron más tarde se han tenido que esforzar mucho más que cualquier hombre para poder ganarse el respeto de la sociedad, sí, pero primero de sus compañeros y sus superiores.
La ley autonómica aprobada a mediados del año pasado obliga a reservar el 30% de los puestos de la Policía Local a mujeres. En la Safor se está muy lejos de alcanzar esas cifras. Según los datos que ha podido recopilar este periódico, ellas representan menos del 16% del total de las plantillas.
Ese porcentaje es la barrera que marca Tavernes de la Valldigna, que se erige como la localidad con un una mayor proporción de mujeres policías en sus filas. La plantilla que asciende a un total de 43 agentes. De estos, apenas siete son mujeres. Cuatro de ellas desarrollan su labor en el municipio en calidad de interinas, una está en régimen de comisión de servicio, mientras que solamente dos de ellas son titulares de la plaza que ocupan.
En Oliva, por su parte, la plantilla de la Policía Local está conformada por un total de 63 efectivos. De estos, apenas ocho son mujeres, lo que supone un porcentaje de algo más del 12%. De estas, siete desarrollan funciones de patrulla, mientras que una está en las oficinas. Este municipio fue el segundo de la comarca en contar con un miembro femenino en su cuerpo de la Policía Local. Se trata de Regina Planes Morera, que empezó a trabajar en el año 1983 y a día de hoy sigue en activo en la misma ciudad.
El caso de Bellreguard es un poco más complicado. Esta localidad dispone de 11 plazas de agente. Dos de ellas son titularidad de mujeres, lo que supondría un porcentaje próximo al 19%. Sin embargo, una de ellas se encuentra prestando servicio en la localidad de Alzira actualmente, por lo que el municipio cuenta con solo una mujer policía trabajando ahora, que representaría apenas el 9,6% del total de la plantilla. La primera que trabajó en Bellreguard fue Rosa Hidalgo, que se incorporó en el año 1988 y entró junto a otra compañera, Amparo Llanes Albert.
La capital de la comarca de la Safor, Gandia, es la más dimensionada en cuanto a agentes de la Policía Local patrullando las calles y realizando todo tipo de labores que están encomendadas a estos agentes dentro de sus competencias. En total, la ciudad cuenta con 145 personas prestando servicio. De estas, solo 14, menos de un 10%, son mujeres.
Gandia fue el primer municipio de la comarca de la Safor en tener presencia femenina en sus filas policiales. Se incorporó en el mes de abril del año 1983, poco antes que la de Oliva.
Xeraco también cuenta con un cupo muy bajo de mujeres en su plantilla de la Policía Local. En concreto, de los 15 agentes que la componen, solo hay una, lo que supone apenas un 6%.
Hay varios pueblos más pequeños en las que no hay ninguna agente. Es el caso de Simat de la Valldigna, donde de los siete policías que conforman la totalidad de la plantilla, todos son hombres. Hace unos años sí que hubo una mujer, pero acabó marchándose para mejorar su posición a los pocos meses, según explicaba a este periódico el alcalde, Víctor Mansanet. Lo mismo ocurre en Palma de Gandia, con tres policías locales todos ellos varones, o Miramar, con ocho agentes, ninguno femenino. Cuando se habla de las escalas dentro del cuerpo, los datos resultan aún más apabullantes. En ninguno de los municipios consultados la jefatura recae en una mujer. Tampoco ellas ejercen como oficiales. Estos puestos de mando quedan reservados en su totalidad para los hombres.
