Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

De la destrucción a la excelencia académica

Una ONG de la Safor paga los sueldos de los maestros en una región del Congo - Los docentes no acudían porque tenían que buscarse la vida

Siempre se ha dicho que pequeños gestos son capaces de conseguir grandes cosas. La labor que lleva a cabo la ONG Mestres que fan Escola, de la Safor es una buena muestra de ello. Esta entidad, formada por maestros de escuela vinculados a su vez al

Mestres que fan Escola nació en 2008. Su germen fue la Escola d'Estiu Marina Safor. Aquel año se propuso a los colegios que realizaran un trabajo sobre la firma, por parte de Naciones Unidas, de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Además, la Escola d'Estiu contó con el testimonio de un congoleño que narró cuál era la situación en puntos del planeta los que los conflictos marcan las vidas de la población.

Tras aquella escuela de verano, se decidió crear una ONG cuyo objetivo era «que se hicieran cumplir los derechos humanos», explican. En este caso, como no podía ser de otra forma, se centraron en el artículo 26: Toda persona tiene derecho a la educación.

Su contacto en el Congo fue Bienvenú Manamika, un sacerdote fuertemente vinculado a València. Este religioso les habló sobre la situación en la que se encontraba una de las escuelas del país que él mismo estaba ayudando a reconstruir, San Agustín. Las constantes guerras la zona habían destruido todo el patrimonio material, económico, social y cultural, entre ellos esta escuela de Kinkala. La destrucción de los centros educativos acentuaba aún más la disminución de los efectivos escolares, los materiales y de la calidad de la enseñanza.

Tan grave era la situación que los maestros ni siquiera recibían un sueldo por su trabajo. Las familias no podían pagar la educación y el Estado no se hacía cargo. Así que los docentes acudían algunos días «pero cuando no había nada para comer en su casa salían a buscarse la vida y no iban a la escuela, por lo que no había una continuación en la educación que se le daba a los niños y niñas», señalan desde la oenegé.

Desde el 2008, Mestres que fan Escola recoge fondos para pagar el sueldo de los docentes congoleños. Esta labor no ha podido dar mejores frutos y ha logrado que, en los últimos cinco años, el 100% del alumnado de la escuela San Agustín ha superado el examen estatal que hacen todos a los 12 años. Además, este año la mejor nota individual de todo el estado, un 17 sobre 20, la ha sacado una alumna de esta escuela. «Nunca ningún alumno había sacado una nota tan alta», explican desde la organización a este periódico.

Las ayudas de Mestres que fan Escola, sumadas a las de otros organismos internacionales, «han hecho que esta escuela sea un referente. Incluso, el curso pasado organizaron unas jornadas donde explicaban a otras escuelas su forma de trabajar».

La oenegé de la Safor recauda fondos de las aportaciones de los socios y de varios colegios que realizan meriendas solidarias como el CEIP Pou de la Muntanya de Dénia, el Valldigna de Simat y Verge dels Desemparats de Oliva. La banda de música de Piles, por su parte, interpretó la zarzuela La Alegría de la Huerta, destinando los ingresos a esta ONG.

La entidad explica que su aportación no es excesivamente cuantiosa, pero es mucho con respecto al nivel de vida del país africano.

Hace seis años, Bienvenú fue ascendido a obispo y es Jean Baptiste Kintombo, quien actualmente hace de enlace entre la Safor y la escuela del Congo. Este mes, el sacerdote ha visitado la comarca. Concretamente estuvo con el alumnado de los centros de Simat y Oliva, además de con los miembros de la banda de Piles. «Fueron unas jornadas de agradecimiento muy emotivas», indicaron desde el colectivo.

Compartir el artículo

stats