El Gobierno local de Gandia tiene previsto aprobar mañana viernes el inicio del proceso para volver a ser amo y señor del polígono Sanxo Llop, donde se encuentra el nuevo hospital comarcal, cuyas obras de urbanización se adjudicaron en diciembre de 2007, hace casi doce años, y que está paralizadas desde hace muchos años.

El ayuntamiento se ha cansado de las prórrogas, de los incumplimientos y de tener empantanado ese ensanche de la ciudad, sobre todo tras estar comprobando que existe interés por parte de algunas empresas por construir en sus solares y por abrir establecimientos, algo que en estos momentos resulta imposible porque la urbanización no está entregada. Se estima que son cerca de diez millones de euros lo que falta invertir para dar por acabado el polígono, que abarca una superficie cercana a los 470.000 metros cuadrados. Iberdrola quiere construir un allí una subestación de distribución eléctrica, pero tampoco se puede hacer mientras no finalice la urbanización.

El paso que mañana dará el ayuntamiento consiste en rescindir el contrato a la empresa Aprusa y rescatar la gestión, lo que, a partir de ahora, convertirá al consistorio en el agente urbanizador.

El responsable de Urbanismo, Vicent Mascarell, señala que la cuestión no va a ser fácil. En primer lugar, ese rescate se produce bajo el argumento de que Aprusa no ha cumplido las condiciones que se le impusieron, primero al adjudicarle el proyecto y después en las tres prórrogas que se han aprobado. Aprusa podrá alegar en contra y, aunque el ayuntamiento dispondrá de un dictamen del Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valenciana, augura una batalla legal que se puede prolongar mucho, porque la mercantil también considera que ha sido precisamente el ayuntamiento el que ha imposibilitado la ejecución de las obras.

Aun así, el Gobierno local estima que lo peor es seguir dejando pasar el tiempo sin hacer nada. En primer lugar porque eso frena posibles inversiones y generación de empleo en la ciudad y, en segundo lugar, porque asume que cada día con todo paralizado contribuye a degradar las infraestructuras y las obras ya hechas, de forma que, a más tiempo, más dinero se tendrá que invertir para ponerlo todo al día.

No perder el tren de la inversión

El polígono de Sanxo Llop, cuyas obras se adjudicaron por 35 millones de euros y al que le faltan invertir una decena, dispone de dos elementos que lo hacen atractivo. En un extremo está el hospital comarcal, un servicio que genera la movilidad de miles de personas, potenciales clientes de cualquier negocio. En el otro lado, el centro comercial la Vital, que también puede animar a algunas empresas a invertir en ese lugar.

El camino que se inicia ahora puede ser largo. Nadie en el ayuntamiento se atreve a dar fechas sobre cuándo podrán ejecutarse las obras que den por acabada esa urbanización, pero lo que sí se estima es que, diez años después de que se desatara una de las crisis económicas más importantes que se recuerdan, algo comienza a remontar y hay interés de grandes empresas por implantarse. Ese es un tren que Gandia no está dispuesta a dejar perder.