Al margen de recordar la larguísima historia de guerras en el PP de Gandia para designar al candidato a la alcaldía, el enfrentamiento que están protagonizando Víctor Soler y el tándem formado por Guillermo Barber y Arturo Torró ha aflorado otros desencuentros que, en los últimos años, han mantenido dos personas que, políticamente, llegaron a ser consideradas padre e hijo. Se trata de Arturo Torró y de Víctor Soler.

Según ha podido saber este periódico de boca de miembros de la Ejecutiva local del PP de Gandia, fue Torró quien, en varias ocasiones, ha impedido que Víctor Soler pueda nombrar a un equipo a su medida en la dirección del partido. Tras la dimisión de Torró y la asunción de la presidencia por parte de Soler, este habló con varias personas, algunas de ellas profesionales liberales, para que se integraran en la Ejecutiva local. Torró detuvo esa operación en un intento mantener el control del órgano de dirección del partido en Gandia, algo que en las próximas semanas le puede ser muy útil para nombrar al Comité Electoral que, a su vez, elevará a Isabel Bonig la propuesta del candidato a la alcaldía de Gandia.

Soler tampoco hizo público su profundo enfado con Torró y con Guillermo Barber cuando, a sus espaldas, se pusieron a negociar con representantes de Ciudadanos la presentación de una moción de censura a la alcaldesa de Gandia, Diana Morant.

Cuando salieron a la luz esas conversaciones se evidenció que Torró y Barber habían sido desleales con el presidente local y portavoz del PP en el ayuntamiento. Víctor Soler no tuvo más remedio que reconocer que de aquella negociación ni se había enterado.