La lluvia siguió ayer sin dar tregua a los municipios de la comarca de la Safor. El de este año está siendo uno de los noviembres más lluviosos que se recuerdan. Especialmente complicada ha sido la última semana, en la que municipios como Barx y Simat de la Valldigna han acumulado más de 600 litros por metro cuadrado, mientras que Ròtova ha superado los 500. Ayer, en la Valldigna se llegó a los 160.

Si por algo están destacando estos últimos episodios lluviosos es por la cantidad de problemas y daños que están causando, especialmente en infraestructuras públicas, pero también en elementos privados. De todo lo ocurrido durante la jornada del lunes destacó la caída de un árbol en Tavernes de la Valldigna.

El ejemplar, de grandes dimensiones, se desplomó sobre el cerramiento de la terraza de un restaurante del paseo Colon. La hora en que se produjo, las 3 de la madrugada, hizo que no hubiera que lamentar daños personales. La caída también afectó a un vehículo que se encontraba estacionado.

La capital vallera fue de los municipios más azotados. Especialmente complicada fue la situación en la playa, donde, como es habitual cuando llueve copiosamente, la avenida de la Marina se anegó. La Policía Local cerró el vial debido a la gran acumulación de agua, que también anegó bajos comerciales. A esto se le suma un minitornado que afectó a la zona rural del camino Motoret, entre los términos de Tavernes y Xeraco. El fuerte viento arrancó tejados de las casetas y un poste de la luz, lo que dejó sin electricidad las viviendas.

En el norte del casco urbano de esta misma playa, la situación no fue mucho mejor. La crecida del mar impidió abrir las compuertas del canal del Plan de Defensa y eso llevó a que se desbordara, inundando por completo la zona conocida como Parc del Molló, en la Goleta. Ese mismo punto pero unos metros más al sur, también quedó anegado al salirse el lago azul. El embalse artificial ubicado en medio de la urbanización acabó tomando también la zona de recreo que tiene alrededor. Como anécdota, los patos que viven en lago se paseaban por una amplia área de la urbanización tranquilamente, pensando que se encontraban en el propio humedal.

Tavernes también se vio afectada por el corte de la carretera Nazaret-Oliva desde Xeraco hasta Cullera. Además, la Policía Local y Protección Civil impidieron el paso en prácticamente todos los caminos rurales del término municipal.

Aunque en el pueblo no llovió tanto como la pasada semana, durante toda la jornada se estuvo pendiente, como es lógico, del cauce del río Vaca, por temor a que se desbordara, toda vez que en Barx y Simat había llovido bastante. Aunque incrementó su caudal de forma importante no llegó a salirse el casco urbano.

El temporal arreció con fuerza al norte de la comarca, en el linde con la Ribera, pero otros municipios no estuvieron exentos de problemas. En Gandia, por ejemplo, se decretó el cierre del puerto por precaución. Además, el agua provocó la caída del muro perimetral de una vivienda en la zona de Marxuquera, en la zona que el pasado mes de agosto fue pasto de las llamas, lo que provocó el corte de uno de los carriles de la carretera Gandia-Barx.

Xeraco se vio obligado a cortar el camino entre esta localidad y Xeresa por la acumulación del agua. En Bellreguard, se prohibió el paso en el vial que va a la playa, donde se encuentra el badén que habitualmente se inunda, y también el tramo de la Nazaret-Oliva que transcurre por este término municipal.

En Villalonga, la policía se vio obligada a cortar un carril de la carretera que une este municipio con Potries por inundación.

El Ayuntamiento de la Font d'en Carròs también decidió cerrar la carretera entre esta localidad y Oliva por los desprendimientos de rocas sobre el asfalto.

Durante toda la jornada de ayer, las clases estuvieron suspendidas en la gran mayoría de centros de la comarca de la Safor, así como las actividades deportivas y aquellas organizadas por los ayuntamientos. Para hoy se prevé una mejora del tiempo y subida de las temperaturas.