El Ayuntamiento de Oliva dio, la tarde del pasado miércoles, el paso definitivo para desbloquear las obras del Centro Olivense, el histórico edificio municipal que se convertirá en Casa de la Cultura. El pleno municipal aprobó, por unanimidad, destinar 225.000 euros para completar el coste total de la obra, que asciende a 1,3 millones. La cuantía estimada del proyecto cuando se adjudicó, hace más de 10 años, era de algo más de un millón de euros que cubría el Plan Confianza de la Generalitat. Sin embargo, una serie de modificaciones a las que ha obligado Patrimonio, y el probable aumento de algunas partidas, han incrementado esa cantidad. La diferencia deberá cubrirse con fondos propios y eso era lo que se votó y aprobó en la sesión corporativa del miércoles. Los trabajos se encuentran paralizados desde mayo del 2012. Las obras arrancaron en octubre del 2010. Apenas un mes después quedaban paralizadas por orden de la Dirección Territorial de Patrimonio por la inclusión de una escalera para unir los dos edificios de los que está formado el Centro Olivense. Tras intensas reuniones entre el ayuntamiento y Patrimonio, las obras se retomaron en octubre del 2011. Solo unos meses después, en mayo de 2012 volvieron a quedar paralizadas por los problemas económicos de la Generalitat y la necesidad de modificar el proyecto y hasta ahora.

Con el trámite aprobado ahora, el ayuntamiento espera que las obras se puedan iniciar «en cuanto pasen las fiestas de Navidad», según las estimaciones del concejal de Patrimonio, Vicent Canet. «Aprovecharemos este final de año para firmar la prorroga del contrato con la constructora», que es la misma que empezó los trabajos. Según el plazo de ejecución, la estimación es que las obras finalicen en junio de 2019.

Así, en estos meses, el edificio se convertirá en la nueva Casa de la Cultura. Contará con oficinas para el departamento de Cultura, salas de exposiciones, salón de actos, entre otras estancias.

El Centro Olivense está formado por dos edificios, uno construido en el siglo XVII y otro en el XX. El proyecto contemplaba que una escalera uniría los dos inmuebles y salvaría el desnivel. Este elemento estaría cubierto por una cristalera o reja. Ese fue el punto de fricción con Patrimonio, aunque se ha quedado como estaba proyectado.