Después de los daños causados por las intensas precipitaciones de las tres últimas semanas, ayer fue el fuerte viento el que causó problemas en casi todos los municipios de la Safor y, de paso, contribuyó a derribar parte de la cosecha de naranja que está en avanzado estado de maduración a la espera de ser cortada y comercializada.

Según datos oficiales y de estaciones meteorológicas situadas en la comarca, los vientos, que en la cima del Mondúver superaron los 100 kilómetros por hora, alcanzaron los 80 en áreas urbanas, arrastrando contenedores y mobiliario urbano, arrancando ramas de árboles y arrastrando elementos.

Entre lo más destacado, el árbol arrancado de cuajo en la calle del 9 d'Octubre de Gandia, justo ante la puerta de acceso al colegio Joan Martorell, un hecho que se produjo antes de la entrada al cole. Operarios municipales acudieron a media mañana para cortarlo y retirar los troncos.

A lo largo de la madrugada y la mañana agentes de las policías locales de la Safor tuvieron que actuar en decenas de casos para recomendar que se aseguraran elementos que podían volar o caer a la vía pública, así como retirar los que invadían calzadas. Por la tarde disminuyó la intensidad del viento, si bien para hoy la predicción sigue hablando de rachas fuertes de poniente.

Esta situación meteorológica motivó que las temperaturas mínimas no bajaran de los 13 grados en zonas bajas, por encima de la media para finales de noviembre, mientras que las máximas rondaron los 18, un registro que sí es más frecuente en estas fechas.