Benifairó de la Valldigna es un municipio de contrastes. Por una parte, cuenta un gran potencial industrial gracias a sus almacenes de naranja, que emplean a miles de personas entre vecinos de esta y otras localidades de alrededor. La otra cara de la moneda es su demografía. En los últimos años, la tasa de envejecimiento ha crecido de forma importante. En 2017, según los datos del Portal Estadístic de la Generalitat Valenciana, fue del 171,5%. Solo un año antes, en 2016, era del 160% mientras que hace una década se registraba un 145%.

Cada vez nacen menos niños y en el ayuntamiento ya planea el temor a la despoblación. «Ahora solo son síntomas, pero si no cambia la tendencia, va a ser un problema importante para Benifairó en 15 años», señalaba ayer a Levante-EMV el alcalde, Josep Antoni Alberola.

Por el ayuntamiento no va a quedar y por ello se ha tomado la primera medida: Todos los tramos de educación de 0-3 años serán gratuitos en la localidad a partir del próximo curso. Así, a la medida de la Conselleria de Educación de asumir el coste de todas las «escoletes» municipales en el ciclo 2-3 años se suma la propuesta del Gobierno local de Benifairó, apoyada por todos los grupos políticos, de implantar la gratuidad también para niñas y niños entre los 0 y 2 años, de modo que todo el ciclo preescolar será gratuito. El departamento de Hacienda estima que el coste de mantenimiento del servicio asciende a 80.000 euros al año, que se puede reducir a la mitad con la subvención que llega de la Generalitat. De media, las familias pagan unos 115 euros al mes. (La tasa es de 280 pero este precio se reduce de forma considerable con las ayudas y bonos de la Generalitat).

El ejecutivo local de Compromís propuso esta medida «atendiendo la buena marcha de la economía municipal». No cabe duda, sin embargo, que existe un afán por fomentar la natalidad tras ver reducida su población infantil en la última década.

Actualmente, en la «escoleta» que se ofrece en el edificio Hospital Romero están matriculados siete pequeños en el tramo de 0-2 años, mientras que en el de 2 a 3 hay ocho. En total, por tanto, hay una quincena. Eso, como reconoce el propio alcalde, «cuando están todos», porque ya se sabe que los pequeños suelen faltar asiduamente por enfermedad u otras cuestiones inherentes a la edad.

Estas cifras contrastan con las de hace diez años, cuando llegaba a haber hasta una treintena de niños y niñas entre los dos tramos de edad preescolar.

Las cifra son igual de desalentadoras en el CEIP Jaume II, el colegio público de la localidad. Durante el actual curso se contabilizan 112 niñas y niños matriculados en todos los cursos (de 3 a 12 años). En el 2009-2010, según los datos conocidos por este periódico, había 155, lo que significa un porcentaje del 27,7% de pérdida de alumnado. «Es una pasada», dice el alcalde.

«Hay que empezar a dar sentido a la ruralidad y eso se hace con un mejor reparto de los recursos», indicaba Alberola. El primer edil reconocía que «es normal que desde las administraciones superiores se destinen más recursos con más población pero no pueden olvidarse de los pueblos pequeños porque nos abocan a la despoblación», indicaba.