Mostrar a los más jóvenes los estragos de las guerras, el miedo que pasaron sus abuelos y bisabuelos, cómo reaccionaba la población ante el avistamiento de los aviones bombarderos como, la Pava, durante la Guerra Civil.

El concejal de Patrimonio, Xavier Ródenas, ha valorado muy positivamente la campaña escolar municipal para visitar los «Espais de la Memòria Democràtica», como se han definido ahora los refugios antiaéreos de la Guerra Civil situados bajo la plaza del Prado y en la Peixateria, debajo del antiguo Mercat Municipal de la calle de les Carmelites.

En esta campaña han participado alrededor de 1.300 alumnos de sexto curso de Primaria y cuarto de Secundaria de los centros públicos y concertados de Gandia. Las visitas son gratuitas gracias a una ayuda de 10.000 euros y a la colaboración de la Conselleria de Justicia y Libertades Democráticas de la Generalitat.

«Es la primera vez que se realiza en Gandia una actividad similar con escolares», ha señalado el concejal Ródenas. «El objetivo es doble: por un lado, recordar el sacrificio, la lucha de nuestros antepasados para que pudiéramos tener democracia. Y, por otro, lanzar un mensaje claro a las nuevas generaciones: que la violencia no es válida para resolver ningún conflicto, ni en el País Valenciano, ni en Siria», añadió el edil.

El resto del alumnado de la Safor-Valldigna también tendrá la oportunidad de visitar los refugios, puesto que el Teatre del Raval ha incluido estos itinerarios dentro de su campaña teatral escolar.

Materiales didácticos

Además, gracias a la colaboración del profesorado y de diversos historiadores, se han elaborado dos unidades didácticas para sexto de Primaria y cuarto de Secundaria que permitirán continuar trabajando la memoria democrática en las aulas.

El Programa Escolar de Memoria Democrática viene a coincidir con el primer aniversario de la apertura y puesta en funcionamiento de los refugios del Prado y la Peixateria. El resultado «es exitoso», según Ródenas, «puesto que los han visitado aproximadamente unas 3.000 personas en turnos de 25 visitantes por grupo». También ha habido «muchas peticiones de visitas de hoteles, grupos de turistas, escolares.

Lo interesante del programa es que el ayuntamiento cede los espacios y son los visitantes los que, con su entrada, pagan a los guías que narran no solo lo que ocurría cuando sonaban las sirenas que anunciaban un bombardeo en la guerra civil, sino también cómo la ciudad defendió la democracia hasta el fin del conflicto.