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El PAI que resistió a la crisis

En marzo de 2019 estará lista la primera fase de Xeresa del Monte donde ya hay 63 propietarios, la mayoría extranjeros

Vista de las piscinas y a la derecha el jardín de acceso público. j. c.

Desde la carretera A38 o la autopista AP-7 parece una mole inmensa de hormigón, un elemento extraño que se precipita hacia el marjal donde antes sólo había montaña. El conductor, en su rápido trayecto, podría pensar que es una urbanización más de las que jalonan el litoral valenciano, otra consecuencia de la política de depredación del territorio y del urbanismo salvaje y poco sostenible en aquellos años de vino y rosas.

Pero la perspectiva del visitante cambia una vez que sube a Xeresa del Monte, la urbanización que se levanta sobre los terrenos del antiguo Cámping Caudeli, en un promontorio con vistas al mar.

Desde allí mismo se puede comprobar que las dimensiones se hacen más «humanas» y el impacto se suaviza, o al menos así lo intentó la promotora, inspirándose en un «pueblo mediterráneo», con numerosas calles adoquinadas y peatonales y ausencia de barreras arquitectónicas. Todo está conectado. A las piscinas, por ejemplo, se puede bajar en ascensor.

Al contrario que otros PAI que proliferaron en la comarca de la Safor en la primera década de este siglo, este sí que pasó del papel a la realidad, aunque por el camino ha sufrido varias modificaciones en el proyecto y en el accionariado, e incluso la llegada de la crisis obligó a parar sus obras, entre los años 2011 y 2014. En 2015 se retomaron los trabajo, y en marzo de 2019 está previsto que el ayuntamiento reciba la urbanización, donde ya hay 86 casas acabadas, con precios desde 120.000 euros.

El antiguo Cámping Caudeli era propiedad de una familia de fuera de Xeresa. Acudían clientes de todas partes y los vecinos solían ir a nadar a la piscina pagando una entrada. Tras cerrar el recinto y los cambios impulsados por el exalcalde Ciprià Fluixà la zona se definió como urbanizable en el PGOU de 1998. La superficie es de casi 200.000 m2, con una parcela de suelo recreativo de 2.206 m2 y otra dotacional de 8.800 m2.

En 2003 empezaron a excavarse los viales. Hubo problemas por la dureza de la roca, que se tuvo que triturar.

En total se construirán en Xeresa del Monte 390 viviendas, el máximo que permite el plan. La primera fase ya está acabada, y la segunda, con 79 apartamentos, está previsto que finalice en enero de 2021. Las 225 que faltarían por construir se ejecutarán progresivamente en tres fases más, en la parte alta, una zona que actualmente está en excavación.

En sus orígenes la urbanización se llamaba Balcón al Mar y tuvo un concepto diferente: se pensó en una «Ciudad Senior» para parejas mayores de países europeos que quisieran pasar sus últimos años en esta zona, con golf e incluso una residencia para la tercera edad. El proyecto lo impulsó un fondo de inversión propiedad al 50% del banco holandés SNS.

Pero llegó la crisis y los planes más ambiciosos se truncaron. Los holandeses se marcharon y las obras estuvieron paralizadas entre los años 2011 y 2014.

La promoción la compró ASA Grupo, cosa que permitió retomar los trabajos hace cuatro años, pero descartando al cliente «senior» como el principal.

Xeresa del Monte ya cuenta con sus primeros habitantes, si bien muchos no residen todo el año. Actualmente cuenta con 63 propietarios, la mayoría holandeses (17), suecos (12) y belgas (12), pero está previsto que en febrero entren más. «Eso es lo que realmente le dará vida a la urbanización», señala el director comercial, Pablo Pérez, quien también detecta un mayor interés del cliente español tanto para primera como de segunda residencia por la recuperación del mercado inmobiliario.

La promotora ha previsto espacios para un club social, un gimnasio, una cafetería o incluso un supermercado, pero será la comunidad de propietarios (que también se creó recientemente) la que decida los pasos a seguir.

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