El 93% de los vecinos de la Safor que han participado en una encuesta realizada sobre la situación del Serpis a su paso por la comarca creen que el estado del río es «regular, malo o pésimo», y solo el 7% lo califican de bueno. Nadie lo tilda de «excelente».

Esta es una de las principales conclusiones de la Investigación del ecosistema fluvial del río Serpis y propuesta de actuaciones para su rehabilitación en la comarca de la Safor, que será presentado esta tarde en el Centre de Desenvolupament Rural (CDR) la Safor de Beniarjó y que se ha realizado con la ayuda del Ministerio de Transición Ecológica. Las autoras del estudio, Virginia Garófano e Isabel Gadea, doctoras en Ciencias Ambientales por la Universitat Politècnica de València (UPV), realizaron 16 entrevistas personales a alcaldes y concejales, pescadores de Villalonga, cazadores de Potries, investigadores del Campus de Gandia de la UPV y miembros de diferentes asociaciones ambientalistas. Paralelamente, se realizó una encuesta a 220 personas de toda la comarca.

Los resultados vienen a corroborar lo que venían avanzando estudios anteriores: la situación del Serpis dista mucho de considerarse óptima. Para el 36% de los encuestados, el estado del río es «malo»; el 32% lo define como «regular» y un 25% considera que es «pésimo». En total, el 93% lo define como «regular-malo-pésimo». Del 7% restante que lo califica como «bueno», la mayoría reside en Villalonga, donde del río aún disfruta de un buen caudal y grado de conservación.

Quejas, pero poca participación

Sobre los principales problemas que padece el río, los encuestados opinan que el peor de todos es la falta de agua o caudal (así lo cree el 33%), los residuos y especies invasoras (el 20%) la falta de inversiones (17%) y la desvinculación de la población con el río (16%). Y como acciones a desarrollar, el 62% opina que es «muy prioritaria» la limpieza; para el 57%, el control de los pozos ilegales, y el 55% cree que se ha de respetar el caudal ecológico. Sin embargo, el 29% confiesa que su implicación en la limpieza es baja, y para el 31% su compromiso es «medio». Y respecto a la retirada de especies invasoras como las cañas, el 70% reconoce que su implicación es «baja» o «nula».