«Oliva tiene un problema». Y ese problema son los gatos callejeros. Así lo reconocen desde el ayuntamiento, que tras varias reuniones con la asociación protectora Vedama, ha decidido iniciar una campaña de esterilización de los felinos y de control de las colonias. Vedama ya había denunciado el pasado mes de septiembre el abandono de estos animales callejeros e inició una recogida de firmas para que el ayuntamiento se hiciera cargo de su esterilización.

Finalmente, la concejalía de Salud Pública y el colectivo de voluntarios de Vedama han establecido una estrategia, que consiste en la compra de jaulas y en el estudio del número de colonias, y a partir de estos datos se ha marcado un orden de prioridades de acuerdo con el número de la población felina, para ir esterilizando ejemplares y devolverlos a su colonia.

Por otro lado, en Gandia, el concejal de Gestión Responsable del Territorio, Xavier Ródenas, ha anunciado una «campaña innovadora» para poner en valor el trabajo altruista del voluntariado felino. Unas 80 personas, convenientemente acreditadas, dedican parte de su tiempo libre a controlar las colonias de gatos existentes en la ciudad, unas 20 aproximadamente. «Gandia ya fue pionera en su día, hace 15 años aproximadamente, en la puesta en marcha de un programa de captura, esterilización y devolución de los gatos a sus colonias», afirma Ródenas. Este programa incluía «el mantenimiento de los animales, dándoles la comida adecuada y detectando los animales enfermos para llevarlos al veterinario». Según el concejal, «los gatos también forman parte de nuestra ciudad y tienen un papel fundamental para frenar plagas de insectos, roedores, aves, etc», señala. Este año 2018 se han realizado 130 esterilizaciones.

«Pacto» entre humanos y felinos

Parte de la campaña de comunicación consistirá al reparto de folletos informativos donde se explicará la tarea del voluntariado y la importancia de mantener y respetar la presencia de las colonias felinas en Gandia. El concejal Ródenas también ha anunciado que se instalarán placas identificativas de las colonias, en las que se informará de la prohibición y la penalización por atacar a los animales o de la conveniencia de no darles de comer.

Históricamente, los gatos callejeros han sido un aliado perfecto para el ser humano a la hora de librarse de roedores y otras alimañas. Pero ahora se están convirtiendo en una plaga más: se reproducen sin control y, como muchos vecinos los alimentan, los felinos ya no cazan, incumpliendo así ese «pacto» entre humanos y felinos. Por ello es conveniente no darles de comer.

Otros ayuntamientos como los de Xeresa, Xeraco y Bellreguard también han iniciado planes para controlar las colonias felinas con ayuda de voluntarios locales.