El comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, ya no puede decir que desconoce la problemática sobre la inundabilidad que afecta a Tavernes de la Valldigna. Ayer, acompañado del alcalde, Jordi Juan, y del concejal de Urbanismo, Josep Llàcer, visitó el municipio para comprobar «in situ» cuál es la situación por la que clama el consistorio desde hace décadas.
En el municipio no se recuerda que un comisario de aguas haya pisado jamás el término municipal y mucho menos que lo hiciera acompañado de varios técnicos del organismo, por lo que el propio Llàcer agradecía ayer el gesto y la predisposición a atender al ayuntamiento vallero que ha tenido Polo desde que accediera al cargo. Hay que recordar que esta figura la nombra el Gobierno central, por lo que apenas hace unos meses que lo ocupa. Con el anterior, del PP, Tavernes solo encontró escollos y, sobre todo, una amenaza seria de multas al ayuntamiento si no ejecutaba la sentencia del Supremo que obliga a derribar los edificios más próximos al río, como publicó este periódico en exclusiva.
El dirigente de la CHJ visitó la zona del Vergeret y recorrió el espacio por el que está previsto que transcurra el muro contra inundaciones que dará cumplimiento a la sentencia, cuyo proyecto se encuentra actualmente en fase de estudio por parte de los técnicos del organismo de cuencas, algunos de ellos, por cierto, presentes durante la visita de ayer.
La toma de contacto con el municipio sirvió a Polo para tomar conciencia de la situación de urgencia que vive el municipio y la imperiosa necesidad que tiene de construir el muro para que los vecinos de la urbanización puedan respirar tranquilos tras años de sustos.
Los representantes municipales también llevaron a Miguel Polo a conocer los campos de naranjos que quedaron afectados por las inundaciones que produjeron el desbordamiento del Vaca durante las lluvias del pasado mes de noviembre.
Llàcer explicó ayer a este periódico que el comisario de Aguas «se mostró muy interesado en conocer la situación del municipio», tanto que, «incluso tomó fotografías de las zonas de conflicto».
También se comprometió a organizar una reunión durante los próximos días entre el ayuntamiento, técnicos de la CHJ y el arquitecto que ha elaborado el proyecto del muro para tratar de encontrar la mejor solución a los escollos que presenta el proyecto del muro.
Canalización del Vaca
El alcalde, Jordi Juan, por su parte, recordó que la construcción del muro sirve para dar cumplimiento a la sentencia del Supremo, pero que el Vaca genera otros problemas en el término municipal. Se refiere a los daños en la agricultura, no solo por los efectos del desbordamiento en sí, sino por los desperfectos que genera en márgenes y caminos. Es por ello que «seguiremos reivindicando la laminación del río Vaca como única alternativa viable y estratégica para acabar con los problemas del río».
Este proyecto, de 40 millones de euros y que afecta a otras localidades como Xeraco, Benfairó y Simat de la Valldigna, llegó a estar licitado en 2011 cuando el socialista Zapatero estaba en el Gobierno. Cuando cambió el Ejecutivo, el equipo de Mariano Rajoy decidió anularlo. La defunción se consumó en 2015 por parte del consejo de administración de Acuamed, empresa pública que debía ejecutarlo.
