La Dirección General del Catastro ha finalizado el proceso de regularización de los miles de inmuebles de todos los municipios del país que permanecían «ocultos» en su registro. Esta regularización afecta al último lustro, se inició en 2013 y concluyó en 2018. En la Safor, el departamento dependiente del Ministerio de Hacienda ha inspeccionado todos los municipios de la comarca y ya tiene datos de 27 de las 31 localidades, pero en Castellonet de la Conquesta, Rafelcofer, el Real de Gandia y Tavernes de la Valldigna continua en curso el proceso de revisión.

Los primeros datos desvelan que en la Safor existían 8.561 inmuebles que se encontraban de forma irregular, pues o bien se trataba de edificaciones y obras ilegales, o bien contaban con todos los permisos pero sus propietarios no habían dado curso a «la obligación de declarar de forma completa y correcta un alta o modificación».

En esta regularización, los dueños de estos inmuebles han pagado una tasa de 60 euros para figurar correcta y legalmente en el Catastro y en el registro municipal del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Este afloramiento permitirá a los ayuntamientos incrementar sus ingresos en razón de este impuesto anual, y tendrán ahora la facultad de decidir si reclaman o no a los propietarios afectados el impuesto con carácter retroactivo.

Oliva lidera el ranking comarcal

De estos 8.561 inmuebles que han salido a la luz en la comarca, la gran mayoría son de naturaleza urbana (más de 6.600) y el resto son de naturaleza rústica. Los hay que son construcciones nuevas, otros en los que se han realizado ampliaciones o rehabilitaciones que afectan a su superficie, y otros que han sufrido reformas o cambios de uso que no habían sido declarados.

Respecto al total de inmuebles incorporados al censo de fincas urbanas y rústicas, destaca Oliva, donde el catastro ha sacado a la luz 2.707 construcciones y obras no declaradas. Por detrás, a mucha distancia, se encuentran Gandia, con 747 inmuebles regularizados; Villalonga, con 663; Palma de Gandia, con 498, y Simat de la Valldigna, con 451.

Por tipologías de infracción, en cuanto a las nuevas construcciones que no figuraban en el catastro y que han aflorado en esta revisión 2013-2018, destaca la Font d'en Carròs, donde el 100% de las 272 propiedades irregulares eran obra nueva. Por otro lado, en Xeresa, el 83,20% de sus 84 inmuebles regularizados son obra nueva. Le siguen Alfauir, con un 81,7% de las 86 propiedades inspeccionadas; Beniflà, con el 67,4% de los 45 inmuebles, y Benifairó, con un 61,44% de las 150 fincas revisadas.

En cuanto a las propiedades ya construidas pero cuyas ampliaciones o rehabilitaciones no habían sido legalizadas, destaca proporcionalmente Potries: de las 193 propiedades regularizadas en esta inspección, más de la mitad, el 59,06%, habían sido ampliadas sin que constara ni al catastro ni al ayuntamiento. Es también el caso de Villalonga, con un 54,35% de los 663 inmuebles regularizados, o de Oliva, donde el 48,83% de sus 2.707 inmuebles con irregularidades detectadas no había declarado su ampliación.

Respecto a los inmuebles con reforma o cambio de uso sin declarar, en la mayoría de los municipios el porcentaje respecto al total es menor, excepto en el caso de l'Alqueria de la Comtessa, con un llamativo 80,8% de las 228 propiedades que tenían cambios no declarados. Le siguen Bellreguard, con el 56,5% de los 431 inmuebles revisados; Simat, con un 46,7% de las 451 propiedades legalizadas, y Beniarjó, con un 44,44% de los 63 inmuebles detectados.

Piscinas irregulares

Destaca el número de piscinas irregulares que han aflorado tras la inspección del catastro, construidas especialmente en municipios con superficie residencial, como Gandia, donde las piscinas suponían el 30,9% del total de las propiedades regularizadas; Barx, con un 28,72%, o Palma de Gandia, donde las piscinas suponían el 23,85% de los elementos ilegales o irregulares.