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La población de la Safor sigue cayendo y se sitúa a niveles de hace 12 años

El padrón de 2018 se cierra con 170.686 habitantes en la comarca, 639 menos respecto al ejercicio de 2017 - Gandia, Oliva y Tavernes pierden 759 vecinos aunque hay pueblos que ganan, como Daimús, Almoines o el Real de Gandia

la última revisión publicada hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a 31 de diciembre de 2018 la comarca registra 170.686 habitantes, 639 menos respecto a 2017, lo que supone un -0,4% interanual, similar a los 170.644 habitantes de 2006.

La caída demográfica también se da en los grandes núcleos urbanos. Las ciudades de Gandia, Oliva y Tavernes de la Valldigna perdieron juntas 759 habitantes respecto a 2017. Gandia cerró el año con 73.829 habitantes, 292 menos que en 2017; Oliva se deja 289 residentes y se sitúa en 25.199 habitantes, y Tavernes de la Valldigna se queda con 17.158 habitantes, 178 vecinos menos.

Al margen de estas tres ciudades, el municipio que encabeza la clasificación de pérdida de población es Villalonga, con 68 vecinos menos, que dejan el padrón en 4.303 habitantes. El resto de localidades que caen son Ador (-7 vecinos, 1.393 habitantes en 2018), Alfauir (-8, 440), Almiserà (-3, 258), l'Alqueria de la Comtessa (25 menos, 1.418), Bellreguard (-1, 4.549), Beniarjó (-13, 1.746), Benifairó de la Valldigna (-16, 1.580), Beniflà (-3, 455), Llocnou de Sant Jeroni (-2, 542), Miramar (-9, 2.599), Piles (-24, 2.688), Rafelcofer (-17, 1.358), Xeraco (-13, 5.702) y Xeresa, con 17 bajas que dejan la cifra de habitantes en 2.145.

Por el contrario, Daimús fue donde más se incrementó la población, con 110 vecinos que situó la cifra en 3.128 habitantes. También subió en Almoines (+36, 2.379 habitantes), Barx (+2, 1.229), Benirredrà (+6, 1.576), Castellonet de la Conquesta (+7, 145), la Font d'en Carròs (+47, 3.790), Guardamar de la Safor (+19, 491), Palma de Gandia (+32, 1.543), Palmera (+23, 1.047), Potries (+1, 1.014), el Real de Gandia (+32, 2.395), Ròtova (+3, 1.262) y Simat de la Valldigna, que gana 28 vecinos y se quedó con 3.325 habitantes empadronados.

La lista completa de distribución de la población con todos los municipios de la Comunitat Valenciana la publicó Levante-EMV el pasado jueves, 3 de enero. En el ámbito autonómico también se agrava la despoblación de los pequeños municipios, especialmente los que tienen menos de 1.000 habitantes, mientras que las ciudades capitalizan el crecimiento demográfico.

La población valenciana creció un 0,4% de media entre el 1 de enero de 2017 y la misma fecha de 2018, un tímido porcentaje pero que es el más alto desde la crisis económica de 2008. La comarca que más población perdió fue el Rincón de Ademuz (-2%) y la que más creció fue la Marina Baixa, con un 1,6% de crecimiento demográfico en un año.

Fin del «boom» migratorio

Por otra parte, los datos de la Safor también confirman que la explosión migratoria de hace una década, con la llegada de numerosas personas de otros países, fundamentalmente de Latinoamérica y Europa del Este, fue un paréntesis.

Así, en el año 2008, con 182.523 vecinos en la Safor, el porcentaje de extranjeros representaba el 20,42% (37.264 personas en términos absolutos), una cifra que ha ido reduciéndose paulatinamente hasta los 25.487 extranjeros (el 14,88%) al cierre del padrón de 2017, último dato disponible. Ese aporte de inmigrantes hizo que la población de la comarca se mantuviera en torno a las 180.000 personas entre 2008 y 2014, y a partir de ese año comienza una pérdida de población que dura hasta nuestros días, por lo que la demografía en la comarca vuelve a quedar a expensas del movimiento natural de la población, y en este punto las defunciones siguen superando a los nacimientos por la caída de la natalidad.

Por tanto, la «montaña rusa» que ha vivido la demografía de la Safor en este arranque de siglo XXI se explica por ese «boom» de inmigrantes y también por el efecto posterior de la crisis. Unos ya están radicados e integrados en la sociedad de acogida, pero otros tuvieron que marcharse a sus países de origen, al complicarse la economía en España.

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