La carretera Natzaret-Oliva, que cierra por poniente la playa de Gandia, será un bulevar en el verano de 2020. Aprobado el proyecto, solo faltaba que la Diputació de València, titular de esa vía, licitara las obras, un paso que se acaba de dar para cumplir con la promesa de la que es una vieja reivindicación del ayuntamiento.

El proyecto, de 2,5 millones de euros, supone el cambio radical de imagen de esa carretera, que hoy supone un riesgo para los peatones, y poder convertirla en una especie de bulevar, con espacios ajardinados, vías para ciclistas y más protagonismo a los viandantes. Y todo ello ampliando de uno a dos los carriles de circulación de vehículos en cada sentido, de manera que en todo ese tramo se mejora la fluidez del tráfico, si bien se reducirá la velocidad máxima permitida, al quedar como una vía más integrada en su entorno urbano.

La actuación comprende dos kilómetros, concretamente entre las rotondas de las calles Illes Canàries, junto al campus universitario, y Ribera Baixa, que cierra la playa urbanizada por el norte.

En cierta medida, y salvando algunos conceptos, la playa de Gandia busca el modelo de la primera línea de mar, donde también confluye el tráfico de vehículos con áreas reservadas a peatones, de manera que la trama urbana de la playa quedará comprendida, a modo de «sándwich», entre dos grandes bulevares.

La alcaldesa de Gandia, Diana Morant, que impulsó esta iniciativa en los cerca de dos años que estuvo en la Diputació de València, señaló ayer que la previsión es que las obras se inicien antes de este mismo verano. Durante los dos meses de máxima actividad turística, julio y agosto, las labores se paralizarían, pero todo estaría acabado para el verano de 2020.

Morant, que compareció junto al coordinador de Urbanismo, Vicent Mascarell, y el concejal de Territorio, Xavier Ródenas, indicó que el proyecto ha sido redactado por técnicos municipales, entre los que citó a Fernando Mut y al ingeniero Josep Blasco, y que los aspectos fundamentales que se buscan son mejorar la conectividad de toda la playa, proteger a los viandantes y cambiar la estética de una carretera por la de un bulevar. Morant, Mascarell y Ródenas resumieron la obra indicando que, como ya se ha hecho en otros lugares de la ciudad, permite crear «espacios cada vez más amables para los ciudadanos».

Este proyecto sin duda tendrá un efecto positivo sobre la imagen de la playa de Gandia, que constituye no solo el primer destino turístico de la Safor, sino también el primer atractivo de promoción de esta ciudad.

Morant también hizo referencia a la proximidad de las elecciones municipales para negar que se trate de una actuación pensada para captar votos. «Este proyecto no es un anuncio electoralista, sino que está en licitación y se acabará para el verano de 2020», indicó la alcaldesa. En clara referencia a proyectos que anunció su antecesor en el cargo, Arturo Torró, Morant insistió en que su gobierno «se limita a contar hechos y no lanzar falsas promesas».

Hace una década que Gandia pide actuaciones para convertir en bulevar esta carretera, y muchos han sido los anuncios realizados que nunca se han cumplido, al menos en el grado en que pedía el ayuntamiento para abandonar la sensación de estar circulando por una carretera.

De hecho, el coordinador de Urbanismo dijo ayer que este puede ser el primer paso para que, en los próximos años, esa vía, que ahora es de la diputación, pase a titularidad municipal, y entonces sería tratada como una calle más de la playa.