La comarca de la Safor registró ayer las temperaturas más bajas del invierno, y en algunos puntos desde hace tres o cuatro años, debido a la irrupción de aire muy frío de procedencia centroeuropea. Esas son las situaciones meteorológicas que habitualmente generan los registros más gélidos en esta zona.

Según datos de estaciones meteorológicas oficiales y de aficionados, en la Drova de Barx se alcanzaron los 4,4 grados bajo cero. Allí eso puede considerarse normal. Pero ya no es tanto que el termómetros se ponga a 3,8 bajo cero en Marxuquera, como ocurrió la pasada madrugada en el término de Palma de Gandia. En negativo también estuvieron las pequeñas localidades situadas en el interior del valle del Vernissa.

Temperaturas entre el grado positivo y negativo se midieron en toda la comarca, incluyendo las llanuras del río Serpis y el área de la Valldigna. Incluso las afueras urbanas de Gandia se situaron con décimas bajo cero, como quedó registrado en el termómetro que Avamet tiene en el colegio Roís de Corella, en el área más cercana a la helada Marxuquera.

Esto hizo que la principal preocupación se centrara en las personas que viven en la calle. A lo largo de la madrugada, los voluntarios de Cruz Roja y Cáritas atendieron a un total de 20 personas. La mitad de ellos eligieron la opción de cobijarse en el Centre d'Atenció Integral (CAI). Allí se habilitó el comedor con colchones y mantas ante la posible llegada de más personas de las que habitualmente pernoctan en el centro. Así, en total, la ONG religiosa dio un techo bajo el que dormir a 23 personas: las 13 que actualmente están dentro del programa de reinserción social y otras diez que fueron acogidas de forma excepcional por el frío. Por la mañana se les ofreció también desayuno a aquellos que lo quisieron.

Por otra parte, los voluntarios de Cruz Roja ofrecieron su ayuda a otras diez personas: Siete hombres y tres mujeres, que, pese a que se les ofreció la opción, declinaron acudir al CAI o a una pensión y prefirieron pernoctar en la calle. Se les ofrecieron mantas, ropa de abrigo, comida y bebida caliente para poder soportar las bajísimas temperaturas que se registraron durante la noche.

El dispositivo ha seguido en marcha durante la pasada noche ante la previsión que había ayer por la tarde de que siguieran bajando los termómetros.

Donde también preocupa, y mucho, los efectos de estas jornadas frías y de los registros bajo cero es en determinadas áreas agrícolas. Justamente la zona de Marxuquera situada entre Ròtova, Palma de Gandia, Ador y Gandia las mediciones, con esos 3,8 bajo cero, apuntan a posibles daños en la naranja, lo que supondría un golpe más al desastre de la campaña citrícola que se está produciendo. El riesgo no es solo por esa severa helada nocturna, sino porque durante casi 18 horas se produjo el llamado «ambiente de frío agrícola», cuando el termómetro no supera los 7 grados positivos.

Aunque es pronto, en esas zonas los propietarios tendrán que inspeccionar en los próximos días posibles efectos en la fruta que está en más avanzada fase de maduración, no solo por si ha helado el interior, sino porque, en estos casos, también se puede producir el efecto caída. La naranja afectada se desprende del árbol y en el suelo se echa a perder irremediablemente.

Aunque la extensión de otros cultivos es mucho más reducida, el propietario de una pequeña zona de hortaliza también señalaba ayer que ha detectado daños porque ese aire gélido fue seco y no produjo escarcha, lo que incrementa el riesgo sobre las plantas y los frutos.